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Alemania quiere resucitar la pesadilla de la banca española

Los alemanes vuelven a desconfiar de los bancos españoles. Tras años de saneamiento y ayudas millonarias, las dudas sobre las entidades financieras españolas resurgen, como si el problema de fondo no se hubiera solucionado definitivamente.

El foco de la preocupación se centra en dos asuntos cruciales: el hecho de que los bancos estén hasta las cejas de deuda pública, sobre todo española, comprada con la barra libre de dinero barato que ha ido facilitando el BCE, y la todavía elevada tasa de morosidad de sus carteras de crédito.

Si a estos dos asuntos le sumamos el nivel históricamente bajo de los tipos de interés que limita seriamente el margen de beneficio tradicional de este sector y la amenaza sobre la existncia de las clausulas suelo -un antídoto contra la bajada de tipos- , el cocktail resultante no es nada halagüeño.

La nueva cruzada, contra la banca española y también la italiana, la capitanea el Banco Central alemán, el Bundesbank y la búsqueda de una solución puede durar bastantes meses.

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[También de interés: La banca el hace el vacío a ING]

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El Comité de Basilea de Supervisión Bancaria -organismo del Banco de Pagos Internacionales, el encargado de regular estas cosas-, debe decidir si mantiene la normativa actual -que atribuye a la deuda pública en manos de la banca un riesgo cero- u opta por algún tipo de penalización que refleje el peligro de impago de un Estado, una posibilidad que la crisis griega ha demostrado que no es descabellada. Esta penalización se articularía a través de exigencias de que los bancos doten más capital en función de esa inversión en deuda, al igual que hicieron con el ladrillo. Enfrente de Alemania está España, que no quiere forzar a las entidades a dotar provisiones para cubrir riesgos.

La cruzada del Bundesbank insiste también en que la compra masiva de deuda pública por los bancos entorpece la llegada del crédito a empresas y familias. Las negociaciones entre los países del Norte y del Sur de Europa pueden durar meses y resolverse el año próximo.

Otro problema añadido es la futura evolución de los tipos de interés. Si el precio del dinero y la rentabilidad de la deuda acaban subiendo, la deuda que ya tienen comprada los bancos bajará de precio –la evolución del valor de la deuda es inversa a la evolución de la rentabilidad que ofrece- con lo cual los bancos tendrán en algún momento que depreciar también el valor contable de sus inversiones en este tipo de activo público. Para paliar este impacto, los bancos pueden cubrir esas eventuales pérdidas con instrumentos financieros sofistitacados, que suben de precio cuando el activo que protegen baja.

A su vez, estos tipos de interés actuales en mínimos históricos minan la capacidad para generar beneficios de los bancos. Con los márgenes a la baja, la banca europea ha vivido unos meses devastadores para sus intereses en bolsa. Aún más, si nos centramos en España. Cuesta encontrar un banco que se encuentre en positivo desde que comenzara el ejercicio bursátil.

El otro gran riesgo que los alemanes urgen a neutralizar en la banca española es su elevada morosidad, que sigue estrangulando su rentabilidad e impactando en sus balances.

Las medidas para reducir esta vulnerabilidad incluyen una limpieza en profundidad tanto de las pérdidas existentes como de las que se anticipan, resalta la institución alemana que encabeza Jens Wiedmann.

La morosidad de los créditos concedidos por los bancos, cajas y cooperativas a particulares y empresas se mantuvo en el 10,9% en el mes de agosto, con lo que encadena tres meses consecutivos en esta tasa, la menor desde abril de 2013, según los últimos datos provisionales hechos públicos por el Banco de España.

En fin, mucho que arreglar para los bancos españoles. Esperemos que la pesadilla no vuelva a repetirse.

IDNet Noticias
@Jorcha