Los trapos sucios de Manos Limpias

¿Son un seudosindicato? ¿Están legalizados? ¿Cómo se financian si apenas tienen afiliados? ¿Ejercen como sindicato más allá de como acusación popular? ¿Son de ultraderecha?

Los supuestos trapos sucios que, desde hace años, se vienen relacionando al sindicato de Manos Limpias han cobrado forma, al menos en parte, en las últimas semanas. Después de años de rumores a los que Manos Limpias trataba de contrarrestar con su intensa actividad judicial, estalló la bomba. El líder del sindicato, Miguel Bernard, ha sido enviado a prisión sin fianza por su implicación en una supuesta trama de extorsión, fraude de subvenciones, estafa y delitos contra la hacienda pública. Así lo ha denunciado Miquel Roca,el abogado de la Infanta Cristina, tras asegurar que la organización le pidió, a través de un directivo de Banco Sabadell, 3 millones de euros a cambio de apartarse del proceso.

Y no ha sido el único ya que otro de los letrados de la hermana del rey Felipe VI, Pau Molins, ha confirmado que Manos Limpias le pidió una cantidad de dinero “absolutamente desorbitada” a cambio de retirar la acusación.

Arrestado su presidente, los enemigos de Manos Limpias se han apresurado a recordar las interrogantes que le han rodeado. Aquí van algunas:

-¿Son un seudosindicato? Según Bernard, no. “Estamos legalizados como organización sindical en Trabajo desde mayo de 1995”.

-¿Cómo se financia? Manos Limpias es un sindicato, como dicen en su web, pero en la práctica no tiene representación en ningún centro de trabajo. Así que, al no ejercer como tal, no tiene acceso a las ayudas públicas destinadas a las organizaciones de semejante calado.

-¿Entonces lo hacen gracias a sus afiliados? Hasta la fecha no ha quedado acreditado que tengan afiliados conocidos más allá de su secretario general, Miguel Bernard.

-¿Son de ultraderecha? Bernard -al igual que el presidente de Manos Limpias, Francisco Jimenez- tiene un pasado político en la Fuerza Nueva de Blas Piñar, histórico dirigente fascista, y fue delegado sindical del ultraderechista Frente Nacional (FN) del Trabajo. Es más, ocupó el número 6 en la lista de las elecciones al Parlamento Europeo de 1987 del FN.

-¿Cómo logran tanta notoriedad? Manos Limpias es una máquina de presentar querellas. Se trata de un procedimiento judicial que permite a un particular acusar de un delito a un tercero y personarse, de forma obligatoria, como acusación particular. Eligen casos mediáticos para garantizarse los focos. Dos ejemplos: Interpuso demandas por “alardes de homosexualidad” contra Los Lunnis -al mostrar una boda gay-, y contra la Guardia Civil, cuando el Cuerpo decidió que la condición sexual de las parejas no determinaba la ocupación de las casas cuartel.

-Historial delictivo. El Tribunal Supremo instó a investigar al sindicato por un delito de acusación y denuncia falsa.

-Polémicas aparte, lo que se dice trabajar, trabajan. De eso no cabe duda. Porque Manos Limpias es una maquinaria perfectamente engrasada de fabricar querellas. Al más puro estilo de los colaboradores de ‘Sálvame’ son una fábrica permanente, de carácter sistemático y casi indiscriminado, de fabricar querellas. Aunque la mayoría no prosperan. Manos Limpias ejerce como parte acusatoria y lleva ante los tribunales a toda personalidad pública que vulnere lo que ellos conciben como principios ideológicos.

Y si no prospera, lo vuelven a intentar. Por ejemplo, como con el juez Baltasar Garzón, al que lograron inhabilitar después de la friolera de 17 querellas.

¿Hubo por el camino algún tipo de extorsión al magistrado como se ha acreditado en el caso de la Infanta? ¿Es esa su fórmula mágica para financiarse?