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El juez antidroga que se atrevió a plantar cara a la mafia marsellesa

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Durante los años comprendidos entre las décadas de 1960 y 1980 la ciudad de Marsella era uno de los lugares más peligrosos de toda Francia debido a su perfecta red de distribución de estupefacientes que desde allí se operaba y que convirtió a esta ciudad portuaria, enclavada en la Riviera francesa, en la capital mundial de la droga, siendo conocida la banda mafiosa que allí operaba como ‘French Connection’, nombre que se popularizó enormemente gracias a varios films y libros que se publicaron.

Pero hacia mediados de los años 70 todo cambió tras la aparición en escena del juez Pierre Michel, quien había alcanzado una gran fama tras instruir el truculento caso del secuestro y asesinato de la niña de ocho años de edad Marie-Dolorès Rambla por parte de Christian Ranucci (una curiosa historia que merece un próximo post).

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Pierre Michel tomó el control de las investigaciones contra la mafia marsellesa y su firmeza por acabar con el crimen organizado hizo tambalear los cimientos de la organización.

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Hasta aquel momento los tímidos intentos por investigar y detener a los traficantes habían fracasado una vez tras otra. La desidia por parte de muchos de los funcionarios de policía, quienes no se ‘esforzaban’ al máximo por investigar y arrestar a los sospechosos, se había convertido en una rutina. Parecía como si existiera un pacto secreto entre el cuerpo policial y la cúpula de la organización criminal de no meterse los unos con los otros y solo eran detenidos (ocasionalmente) delincuentes y camellos de poca monta.

Pero el juez Michel quiso acabar con todo esto y empezó a destapar flagrantes casos de corrupción y posibles conexiones entre la mafia local e influyentes personalidades relacionadas con la política, la policía y la judicatura marsellesa.

Muchas fueron las ocasiones en las que se le intentó apartar de algunos casos o fueron saboteadas sus investigaciones (cuando llegaba a una redada los delincuentes ya se habían esfumado tras un ‘chivatazo’). A pesar de ello el juez se convirtió en un azote implacable para los criminales e ideó un buen número de estrategias para dar caza a los alijos de droga, los capos y la red de distribución internacional (la French era el mayor distribuidor de heroína y cocaína para las mafias estadounidenses).

Pierre Michel se rodeó de un buen equipo de leales policías que apoyaron todas su decisiones, aunque de vez en cuando aparecía algún alto cargo (político, policial o judicial) que ordenaba parar en seco una investigación.

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El juez sabía quién era el responsable máximo de la mafia marsellesa: Gaetan ‘Tany’ Zampa, por aquel entonces un hombre de negocios relacionados con el juego, la prostitución y los locales nocturnos que había tejido una perfecta red de empresas e intermediarios que hacía casi imposible poder acusarlo en ninguno de los múltiples casos abiertos.

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Una de las técnicas utilizadas por el juez Michel para acorralar a los mafiosos que se movían alrededor de Tany Zampa fue detener y hacer hablar a sus novias, esposas y amantes. Fue un golpe de efecto que desestabilizó a algunos miembros de la French, comenzando a caer muchos de sus cabecillas.

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A lo largo de siete años consiguió detener a setenta miembros importantes de la red de distribución de la droga y asestó un duro golpe a la organización cuando en agosto de 1980 se trasladó hasta Palermo y en colaboración con la interpol logró desmantelar un laboratorio de heroína que era gestionado a medias entre la mafia marsellesa e italiana.

Un año después, el 21 de octubre de 1981, el juez Pierre Michel fue abatido a tiros cuando se encontraba parado en un semáforo mientras regresaba en motocicleta a su hogar tras una ajetreada mañana de trabajo. Tenía tan solo 38 años de edad y una muy prometedora carrera profesional, pero las balas de unos sicarios acabaron con su vida, quedando tras este caso de asesinato muchísimas dudas abiertas sobre quién estuvo realmente tras la autoría intelectual del crimen y, aunque lo asesinos materiales fueron detenidos y cumplieron varios años de condena en la prisión, nunca se supo quién lo ordenó (la prensa del momento llegó a señalar a la mafia e incluso a algunos miembros de la propia policía marsellesa).

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Fuentes de consulta: lepoint / corsematin / Hemeroteca ABC / france3

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