Estas son las horas que tienes que trabajar para ser feliz
No hace tanto tiempo los expertos en economía y los filósofos se pusieron a divagar sobre cómo sería el futuro laboral y social a nivel global. El economista británico John Maynard Keynes predijo que, dada la evolución de la economía y de los procesos tecnológicos, cada vez trabajaríamos menos horas pero que ganaríamos más dinero, y que dedicaríamos más tiempo al ocio y a las cosas que nos gustan.
Además, en el siglo XX la tecnología ha dado lugar a una nueva concepción de los procesos productivos que, junto con la revolución industrial, ha marcado un antes y un después en el sistema laboral y productivo. Sin embargo, pese a que todo eso es cierto, las previsiones de Keynes no se han cumplido porque cada vez trabajamos más horas y tenemos menos tiempo libre. Ahora trabajamos desde cualquier parte del mundo con un teléfono móvil o un ordenador, estamos localizables y casi disponibles las 24 horas del día.
Paralelamente a esto, y a medida que tecnología se integraba en nuestras vidas, comenzó a surgir un debate sobre la posibilidad de que la automatización y la tecnología terminaran suprimiendo muchos puestos de trabajos, ya que algunos de los trabajos que hasta ahora desempeñaba el hombre podría ser elaborado por un robot, de manera automática y más barata. Con este caldo de cultivo, la Universidad de Cambridge junto con la de Saldford empezó a estudiar el comportamiento humano respecto a una serie de parámetros relacionados con el empleo. Durante casi 10 años monitorizaron a unas 70.000 personas de Reino Unido y llegaron a la conclusión de que el trabajo influye positivamente en el bienestar de la persona.
El trabajo como necesidad psicológica
La ausencia de trabajo provoca estrés, ansiedad y depresión. Al fin y al cabo, necesitamos dinero para pagar las facturas y vivir, por lo que las personas vemos necesario trabajar para poder tener una vida plena y poder emplear el dinero en aquello que más nos guste y que nos haga felices.
Teniendo en cuenta una serie de parámetros el estudio llegó a la conclusión de que, para poder ser feliz, vivir en un estado de bienestar interior, sin ansiedad ni estrés, y poder disfrutar del ocio y de tiempo libre lo ideal sería trabajar ocho horas a la semana, es decir, un día de cada siete.
De esta manera nos sentiremos bien, ocuparemos nuestro tiempo libre, formaremos parte del engranaje social, nos relacionaremos con nuestros iguales y tendremos dinero para gastar. A partir de ahí, los expertos no pudieron demostrar que aumentar la jornada de los ochos horas semanales mejoraría la salud mental de los empleados.
¿Deberíamos entonces trabajar menos? ¿Nos pagarán más por trabajar menos? Hay países europeos que se están tomando en serio el derecho a desconectar, es decir, que cuando el empleado termine su jornada laboral no continúe pendiente del móvil ni del correo electrónico fuera de la oficina. También hay países que están reduciendo los horarios comerciales y de trabajo de cara al público para mejores el bienestar del empleado y la conciliación.
El problema es que cada vez somos más consumistas y nos gustan las cosas más innovadoras y por tanto más costosas, y para incrementar el nivel de vida tenemos que sacrificar tiempo libre. ¿Podríamos suprimir el ocio, en detrimento del tiempo? Y mejor dicho, en el futuro ¿habrá una manera de compaginar ambos deseos?
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