La chocante campaña sobre obesidad infantil que ha triunfado años después de estrenarse
La viralidad en Internet es un fenómeno impredecible y digno de estudio. Hay vídeos realmente aburridos que han sido compartidos millones de veces, y grandes trabajos que apenas han tenido éxito. Algunos de ellos, incluso, triunfan años después de haber visto la luz.
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Precisamente eso es lo que está ocurriendo con una campaña que lanzó en 2012 la organización Strong 4 Life. En su día pasó prácticamente desapercibida y ahora ha vuelto por sorpresa a los muros de los usuarios en redes sociales, que están compartiéndola de manera masiva.
El vídeo aborda el problema de la obesidad infantil con un enfoque muy llamativo, empezando con la imagen de un hombre de 32 años entrando en un quirófano tras haber sufrido un infarto. “¿Cómo demonios ha podido ocurrir esto?”, se pregunta el doctor.
La pieza es precisamente la respuesta a esa cuestión, ya que en ese momento comienza una marcha atrás en la que se ven distintas situaciones en la vida de esa persona que han acabado provocándole el infarto. El efecto de verlas en primera persona, como si fuéramos sus ojos, resulta bastante impactante.
Estos flashbacks reflejan una vida sedentaria y una pésima alimentación, pero a medida que avanza el vídeo se descubre que la culpa no la tiene exclusivamente él por lo hecho durante su vida adulta. Sus padres son también apuntados como responsables, siendo el momento cumbre cuando siendo un bebé su madre le alimenta con patatas fritas porque es lo único que hace que deje de llorar.
El mensaje final lo deja bien claro: “El 80% de los niños obesos se convierten en adultos obesos. Podemos salvar a nuestros hijos. Podemos detener el ciclo”. Aunque a la campaña le ha costado coger tracción, nunca es tarde si esto sirve para hacer una buena labor de concienciación.
Una acusación no exenta de polémica
Strong 4 Life ha lanzado varias campañas sobre obesidad infantil apuntando claramente a los padres como culpables, lo cual ha levantado bastante polvareda. Una de ellas fue acusada de humillar a sus protagonistas, agravando la situación en vez de mejorarla.
La Obesity Action Coalition la vio demasiado arriesgada al poder acarrear consecuencias negativas en los colegios. "Un mensaje inapropiado podría conducir al acoso escolar", aseguraron tras su lanzamiento.