El impuesto a los ricos de Francia que les obliga a pagar el 100% de lo que ganan
La polémica en Francia sobre la gestión del nuevo presidente François Hollande en materia económica, sobre todo por la elevada presión fiscal que está aplicando, crece sin cesar. Un día sí y otro también recibe consejos y criticas de organismos tan influyentes como el FMI, el Bundesbank o la Comisión Europea para que cumpla con los equilibrios económicos que exige la eurozona, acote su déficit público, abra mas su economía e impulse el crecimiento. Hollande acaba de prometer una ofensiva en toda regla para sacar a Francia de la recesión.
Ahora se acaba de conocer que el año pasado más de 8.000 hogares franceses pagaron al fisco el 100% de sus ingresos, casi 12.000 hogares pagaron más de un 75% y otros 9.910, más del 85%, según el diario económico francés Les Echos.
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Esta elevada factura fiscal se debió a un impuesto extraordinario creado en 2011, nada más llegar el presidente socialista al poder, como recargo único para aquellos hogares con un patrimonio de más de 1,3 millones de euros. El recargo pretendía contrarrestar el sistema de descuentos y el tope impositivo para los ricos creado por el ex presidente Nikolas Sarkozy.
En 2011, por ejemplo, un total de 5.221 hogares pudientes soportaban una tasa impositiva superior al 100% en sus ingresos, otras 6.203 familias afrontaron una tasa de más del 85% y 6.343 contabilizaron una tasa de más del 75%, según el diario. Sin embargo, hasta ese momento, los hogares podían beneficiarse del escudo fiscal introducido por Sarkozy para limitar la tributación general de una persona a un 50% de sus ingresos. En 2012, por primera vez en 25 años, Hollande eliminó ese tope con lo cual aumentó sustancialmente el efecto de ese impuesto sobre las viviendas de los ricos.
Sin embargo, el Gobierno del presidente socialista daba marcha atrás en 2012 en su promesa de fijar un tipo del 75% sobre las rentas de más de 1 millones de euros. El Consejo Constitucional del país se opuso por considerar que una tasa tan alta era injusta y podría ser vista como confiscatoria, y sugería que el Gobierno desviara el tiro hacia las empresas, lo cual levantó un singular revuelo en el mundo de los negocios.
Jennifer McKeown, economista para Europa de Capital Economics, en declaraciones a la CNBC, sostiene que el recargo sobre los hogares demuestra que Hollande no está dispuesto a modificar su posición sobre las clases más ricas del país.
"El impacto de ese recargo en el gasto de los consumidores debe ser reducido por el hecho de que la propensión de estos hogares a reducir su nivel de vida suele ser relativamente bajo. Pero con un desempleo muy alto y creciente, los hogares con ingresos medios también tienen pocas razones para gastar. El riesgo de la Francia regida por el lema 'Que pague el rico' es que algunas personas de alto poder adquisitivo emigren o que se pierdan inversiones relevantes del exterior, porque lo que realmente necesita Francia es aumentar su productividad", agrega la analista.
El país vecino acaba de anunciar una contracción económica del 0,4 por ciento en el primer trimestre, en comparación con el mismo período del año anterior. El nuevo margen concedido por Bruselas para reducir su déficit público puede dar algo de aire al cuestionado presidente francés.
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