Bloqueadores del deseo sexual
Muchas parejas no son conscientes de que la falta de deseo no puede esperar. Es importante encontrarle una solución, aunque no siempre resulta fácil. ¿Cuáles son los enemigos?
El estrés: uno de los peores enemigos. Para contrarrestarlo, es necesario cambiar actitudes.
La baja autoestima: es necesario valorarse positivamente. La autoestima es una gran guía para la vida sexual.
Los prejuicios: pensar que la relación sexual surge espontáneamente, sin trabajo ni esfuerzo, es un mito.
Falsas expectativas: se cree que una relación sexual debe ser perfecta y que los dos deben llegar al orgasmo a la vez. Esta creencia lleva a tener relaciones sexuales poco satisfactorias y conduce a que la pasión se apague.
Falta de comunicación: es importante hablar con la pareja para saber qué siente y qué desea. Compartir inquietudes y necesidades es fundamental para enriquecer la sexualidad. Los malentendidos o las palabras no dichas a tiempo aumentan la distancia.
La rutina: cuando el placer se transforma en costumbre, se entra en un terreno peligroso. A la sexualidad hay que trabajarla siempre, innovando y condimentando con palabras, juegos y diversión. El sexo no debe ser una obligación más para hacer en el día.
El aburrimiento: buscar nuevos estímulos para que la relación no se vuelva monótona es otra de las claves.
Los conflictos: si hay problemas de pareja, es inevitable que se trasladen a la cama. Indudablemente, los conflictos atentan contra la libido. Hablar del tema y buscar una solución puede ayudar. No hay que pensar que el tiempo o mantener relaciones sexuales harán que el problema se diluya como por arte de magia. Si se soluciona a tiempo, no afectará la vida sexual.
Aumentar el deseo
Así como no existe una única causa para la aparición de la falta de deseo, tampoco hay una receta magistral que haga que se vuelva a restablecer. Pero si podemos hacer cosas para activarlo y volver a disfrutar: Besarse apasionadamente, tocarse, acariciarse. Reír cuando hacemos el amor. Recordemos que el sexo requiere tiempo: Si esperamos hasta las 3 de la mañana, vamos a querer dormir. Si no podemos dejarlas obligaciones, debemos buscar otro lugar para el encuentro. Recordar los momentos en los que apareció el deseo y volver a recrearlos puede contribuir a aumentar la libido.
Muchas veces, las parejas son reticentes a buscar ayuda profesional, pero es necesario animarse. Las terapias sexuales son breves, duran entre cinco y seis sesiones, y se realizan en forma personalizada, ya que cada pareja tiene que encontrar su propia solución. Se trabaja a través del diálogo terapéutico y con ejercicios y tareas para hacer en casa. Está claro: no hay recetas comunes. Pero quizá la terapia que hizo célebre a Helen Kaplan, una de las sexólogas norteamericanas más reconocidas del mundo, sea un buen comienzo. Ella asegura que sólo se necesitan tres ingredientes: tiempo, fantasía y amor... Y a disfrutar.
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