Cómo la desaparición de las clases medias cambia nuestra cesta la compra

Esta crisis puede que esté empezando a difuminarse, al menos para algunos, pero su crudeza y su capacidad de cambiar nuestro entorno y vida cotidiana va a dejar huella. Uno de sus impactos más disruptivos es la desaparición de las clases medias. El consejero delegado de Carrefour, George Plassat, lo daba ayer por hecho en España y en Europa y su voz se suma a la de ex políticos como José María Aznar o a la de personalidades de la universidad.

Las clases medias y bajas tienen, según opinión extendida entre los economistas, una propensión al consumo muy superior a la de las clases más altas. Si pensamos que en buena medida la salida de esta crisis pasa por el incremento del consumo, resulta que con la reducción de salarios vamos justo en el sentido contrario.

Carrefour se queja de que la rebaja de sueldos ha contribuido a "eliminar gran parte de nuestros mejores clientes" y de que el impulso de las clases medias es precisamente lo que permite crecer a los países emergentes. Ese fenómeno de pérdida de clientes también deriva, claro está, de la exclusión y del paro.

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Es el gran 'handicap' para el sector de la alimentación y la distribución y por eso el precio se ha convertido en un componente esencial a la hora de hacer la compra. Ahí está el crecimiento imparable de las marcas blancas, que siguen ganando cuota y la lucha de las marcas de fabricante para no perder comba. Y aquí llegamos al punto crítico del asunto. Según Carrefour las cadenas de distribución no pueden seguir bajando los precios “porque eso supondría castigar al sector primario, llevarle a una situación ruinosa y "generar más paro". Es más, se podría acabar con muchos productores. Y eso a la larga puede derivar a su vez en monopolios de oferta que la controlen y fuercen subidas de precios para alimentos básicos, que muy pocos podrían pagar.

Es la opinión de un gran distribuidor sobre los precios, que a lo mejor no es compartida por otras grandes cadenas. Habrá que esperar a ver si hay margen para bajadas adicionales. Si los salarios siguen cayendo, casi seguro que las habrá.

Aun así, el surgimiento de una amplia clase de parias o vasallos de una élite reducida no es el único problema de la distribución. También supone un reto la digitalización, la nueva relación con el sector alimentario de los colectivos más jóvenes o el triunfo de drivers como la salud, según los estudios del gigante francés.

También está en juego el tipo de tienda que va a imponerse. El crecimiento del súper o tienda de proximidad ha sido espectacular en detrimento del gran híper. Carrefour lo ve claro: el futuro del formato hipermercado, que impulsó esta multinacional, "seguirá vivo porque es generalista y porque su capacidad de resistencia es más fuerte que la de otros". La firma francesa aboga por volver a los orígenes del formato, "un conjunto comercial con armonía, buenos aparcamientos, que conviva con otros comercios" y sea capaz de "comprender, adaptarse, ajustarse, sin perder el hilo conductor que lo hizo una fórmula eficaz". Veremos si Mercadona y Día están de acuerdo.

La desaparición de las clases medias tiene otros efectos colaterales y trascendentes sobre la economía y el empleo. La inmensa mayoría de los emprendedores (recordemos que las pymes son las grandes generadoras de puestos de trabajo) proceden de esta clase social. Reduciendo ésta, disminuyen también las posibilidades de crear empleo en la sociedad. En la misma línea podemos hablar de que es esta clase la gran aportadora de personal cualificado, mandos medios, técnicos, científicos, profesores o investigadores que toda sociedad avanzada necesita para innovar, producir y crear empleo. Es un círculo virtuoso que se está rompiendo. La clave está en el empleo y los salarios dignos.

IDNet Noticias
@Jorcha