¿Serías capaz de convencer a tu pareja de esta locura?

Las marcas de publicidad suelen llevar a cabo acciones promocionales en las que ponen a prueba a sus consumidores, ofreciéndoles un incentivo si consiguen superar un reto. Heineken, toda una experta en acciones de cámara oculta, acaba de hacer su particular aportación con una divertida prueba que solo está al alcance de los mejores negociadores.

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La acción transcurre dentro de una tienda de muebles, en la que han puesto a la venta dos asientos de campo de fútbol. Los artículos no tienen nada de especial, son meras sillas de plástico. Sin embargo, les han asignado un precio absolutamente disparatado, nada menos que 1.899 dólares. ¿Habrá algún hombre capaz de convencer a su pareja para comprarlas?

Aunque pueda parecerlo, las personas que lo intentaron no se habían vuelto locas ni creían realmente que los asientos merecieran costar esa fortuna. Previamente, un trabajador de la tienda les había informado del reto: si conseguían convencer a su acompañante para llevárselos a casa ganarían dos entradas para la final de la Champions. El único requisito era que no podían mencionar este detalle dentro de su complicada negociación.

Los ‘valientes’ aspirantes sacaron lo mejor de su repertorio para intentar lograr el imposible, ofreciendo argumentos tan divertidos y sorprendentes como “son de plástico, duran mucho”, “es una inversión, como esos bolsos de diseño tuyos”, “no tendrás que preocuparte si los perros los muerden” o “los asientos me hablaron”.

Como era de esperar se encontraron con todo tipo de objeciones. “¿Por qué voy a poner unos asientos de estadio en mi casa?”, “¿te das cuenta de que esto cuesta la mitad que mi vestido de boda?” o “por 2.000 dólares puedo tener un buen colchón”, fueron algunas de las respuestas que obtuvieron en su desesperado intento por llegar a un acuerdo.

Al final, una de las mujeres acabó cediendo y en ese momento se desvelaron las verdaderas intenciones de su pareja. Dos entradas para la final de la Champions, que se disputará en Londres, estaban escondidas debajo de los asientos. La dura negociación mereció la pena…