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La impensable subasta en la que pujas con emociones y no con dinero

El único contacto que la mayoría de las personas ha tenido con una subasta de arte es a través de la televisión, ya que para pujar por una obra que tenga cierto valor se requiere mucho dinero. Sin embargo, en Suecia han inventado un tipo de subasta en la que los billetes no sirven para nada. Lo que vale son las emociones.

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La responsable de este evento tan singular ha sido la marca sueca Kosta Boda, todo un referente durante décadas en el mundo del arte gracias a sus valiosas obras hechas con cristal. Sin embargo, en los últimos años el interés por sus piezas ha ido decreciendo y no han conseguido conectar con las nuevas generaciones.

Esta situación les ha llevado a marcarse un ambicioso objetivo: volver a estar en boca de todos y conseguir que los jóvenes se acerquen al mundo del arte. Para lograrlo han organizado esta original subasta, a través de la cual muchas personas han podido pujar por obras de gran valor y demostrar que realmente sienten algo al verlas.

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El ‘gancho’ elegido para la acción era realmente atractivo. La marca subastó tres obras de arte hechas con cristal y valoradas en 25.000 euros, que se las llevarían aquellas personas a las que más se les dispararan los sentimientos al verlas.

Para poder valorar cada reacción se usó un pulsómetro combinado con tecnología GSR, que medía los pequeños cambios en las glándulas sudoríparas de los participantes. Estos disponían de 60 segundos ‘a solas’ con las obras de arte, pujando así por ellas como jamás habrían podido hacerlo con dinero.

La acción puede considerarse un gran éxito, ya que más de 300 personas se apuntaron al experimento y un sinfín de medios locales e internacionales se hicieron eco del evento. La propia marca calcula que han llegado a 45 millones de personas y han cumplido el objetivo de volver a ser protagonistas en las conversaciones sobre arte. Y lo que es más difícil, han logrado que por una vez el dinero no sea tan poderoso caballero.

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Tus emociones también te pueden hacer encontrar trabajo

La acción realizada por Kosta Boda guarda cierta similitud con un proceso de selección llevado a cabo por la agencia de publicidad TBWA en Estambul, en el que usaron la neurotecnología para elegir a la persona que conseguiría el puesto de trabajo. En ese caso, buscaban a personas que amaran realmente la publicidad y que se emocionaran al ver varios anuncios icónicos.