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¿Por qué varios productos de Apple llevan una ‘i’?

El "naming" es la acción de dar nombre a cualquier producto o estrategia de una marca. La responsabilidad de llamar de una forma u otra a un aparato depende muchas veces del departamento de marketing de las empresas, y otras veces, a los caprichos de los dirigentes de estas.

El nombre de un producto es algo tan decisivo que normalmente se suele sopesar durante muchas reuniones en las que salen a la luz diversas opciones que se discuten hasta que se da con el definitivo. Para muchas empresas es un quebradero de cabeza, porque un coche fantástico puede tener un nombre desastroso que lleve a los consumidores a no comprarlo. Como sucede con el Audi Q3, un vehículo de alta gama pero con un nombre desafortunado en castellano.

Pero hay una compañía que no tiene ningún problema a la hora de ponerle nombre a sus creaciones: Apple. Desde que a finales de la década de los 90 sacara a la venta el primer iMac, emplea la letra 'i' al principio de todos sus aparatos más rompedores. Ken Segall, colaborador de la empresa de Steve Jobs, y autor del naming del ordenador de colores que hizo que Apple volviera a estar de moda, explica en su libro "Increíblemente simple" el nombre.

[Relacionado: Los iPhone que nunca han existido]

"El primer nombre que se nos ocurrió fue iMac" cuenta en su libro. "Era un ordenador diseñado para estar conectado a Internet, así que la 'i' debía estar ahí. Y acortamos el nombre de 'Macintosh' y lo dejamos en 'Mac' -que era como todo el mundo llamaba a los ordenadores de Apple en realidad-, que era más fácil de recordar."

Pero la primera idea no fue bien recibida por el jefe supremo. "Teníamos otros cinco nombres encima de la mesa, y Steve prefería 'MiniMac' -nada que ver con el Mac Mini que salió a la venta años después- y 'MacMan'. Yo le dije que la 'i' del principio también significaba 'yo' (en inglés), y que también era la primera letra de 'inteligente' y de 'imaginación'". Las explicaciones de Segall no convencieron a un escéptico Jobs: "Te doy una semana. O me traes otro nombre o nos quedamos con 'MacMan'".

Steve Jobs, ¿un ingrato?
En la siguiente reunión, las posturas parecían enquistadas. Segall había pensado un par de nombres más, pero según recuerda no los defendió con muchas ganas. Pidió a Jobs que reconsiderara el nombre 'iMac', pero el directivo seguía en sus trece: prefería 'MacMan'. A pesar de sus preferencias, Jobs reconoció que 'iMac' no le desagradaba tanto como la primera vez que lo escuchó.

Según recuerda Segall, no volvió a saber nada del nombre del ordenador hasta que un día se reunió con otro trabajador de Apple que le dijo que finalmente el aparato se iba a llamar 'iMac'. "Steve Jobs nunca me dio las gracias por ese nombre. Ni siquiera me dijo que había sido el ganador. Simplemente lo adoptó y no nos lo comunicó ni a mí ni a mi equipo."

Así fue el nacimiento de la famosa 'i' que acompaña a todos esos célebres gadgets. La anécdota ilustra el fuerte carácter del que hacía gala el fundador de Apple, un hombre que exigía al máximo a sus empleados y que muchas veces fue ingrato con ellos.