¿Tienes dinero que no vayas a necesitar en los próximos 100 años?
Si durante los años de las vacas gordas nos llegábamos a endeudar en hipotecas por enormes cantidades de dinero a 50 años vista, ahora que son tiempos de eludir las deudas e intentar ahorrar, ¿tiene sentido colocar el dinero en un producto a 50 años o incluso a 100 años vista que ofrezca una rentabilidad interesante durante todo ese tiempo?
Ahora, una gran empresa francesa semipública acaba de retomar este tipo de inversión. Se trata de Electricité de France, que ha colocado más 1.500 millones de euros con un compromiso de devolución del dinero dentro de 100 años, durante los que pagará un interés anual del 6,1%. El comprador de la deuda confía por tanto en que la empresa vivirá de la factura de la luz durante muchos años.
Sorprende pero es la tercera empresa europea de la Historia que emprende una aventura similar. Los dos únicos precedentes se remontan a los años 2005 y 2011. La primera fue la alemana Bayer, mientras que en 2011 siguió sus pasos otra compañía francesa, GDF Suez.
Pero ya el Gobierno británico en el siglo XVIII hizo algo similar en respuesta a la crisis financiera desencadenada por el estallido de una burbuja especulativa tras la quiebra de la Compañía de los Mares del Sur. Después el Gobierno de su Majestad emitió en 1932 los llamados 'bonos perpetuos', instrumentos de deuda sin vencimiento definido con un interés fijo del 3,8%, para afrontar los costes de la I Guerra Mundial. Ahora, el Gobierno de Cameron se ha replanteado volver a emitir deuda a 100 años aprovechando los bajos tipos de interés que el mercado le exige al Tesoro británico.
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En América, México ha hecho algún experimento con deuda con vencimiento un siglo después e interés cercano al 6% para comprobar la confianza de los inversores en su economía y la empresa chilena Embotelladora Andina vendió un bono de esa extensión por 100 millones de dólares.
Normalmente, este tipo de bonos, de circulación muy limitada, van dirigidos a inversores institucionales, básicamente fondos, planes de pensiones y compañías de seguros. Así que es difícil que vayamos a nuestro banco y se nos ofrezca colocar nuestro dinero en este tipo de inversión.
Para el que va a invertir el dinero es un dilema. Se asegura un interés estable a futuro de emisores solventes pero la rentabilidad ofrecida no suele ser muy alta, sobre todo si la relativizamos con el riesgo asumido al vincularnos a un proyecto de empresa o de país durante 100 años. Como además, las emisiones son por ahora limitadas, no existe un mercado secundario o de segunda mano donde comprar o vender fácilmente estos productos.
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En el caso de EDF, se demuestra sin embargo que demanda para este tipo de inversión hay. El importe que ha adjudicado finalmente ha sido de 1.350 millones de libras con una demanda que ha triplicado la oferta, al alcanzar los 4.000 millones de libras.
Y es que los bajos tipos de interés que se exigen ahora para vender deuda están alentando las emisiones a muy largo plazo, aunque no tanto como un siglo. El Tesoro español lanzó hace unos meses un bono a 30 años por 4.000 millones de euros, con una demanda de más de 10.600. El interés ofrecido fue del 5,21%. Las hipotecas a más de 30 años se han prohibido en España, por su efecto especulativo, pero inversiones en deuda a largo plazo veremos más en el futuro. Conviene hacer bien los números antes de apostar por ellas.
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