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¿Pueden acabar quitándonos parte de los ahorros para pagar las deudas del Estado?

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha abierto la puerta sin disimulos a la posibilidad de implantar un impuesto sobre la riqueza de los ciudadanos, básicamente ahorros. Es decir, quitar a las personas con patrimonio una parte de la riqueza acumulada para pagar una deuda pública desbocada en los países endeudados hasta las cejas. Uno de esos países es España, aunque no es por ahora el que más compromisos de pago afronta.

Ante el acuciante problema que supone el endeudamiento imparable de muchas administraciones, el objetivo del FMI es buscar mecanismos para que las aguas del endeudamiento vuelvan a niveles previos a la crisis, en 2007, donde ya incluso el pasivo de las arcas públicas era elevado. Ya hay un precedente, la quita sobre los ahorradores de Chipre, que provocó la confiscación de una parte de la riqueza acumulada por los ciudadanos para pagar la deuda pública.

El organismo que dirige Cristine Lagarde ha deslizado esta propuesta dolorosa en su último informe denominado Fiscal Monitor. También de interés. El FMI lo define como capital levy o impuesto sobre el capital. Las estimaciones del propio Fondo consideran que en Europa sería necesario aplicar una quita del 10% sobre la riqueza de los hogares para llevar a la deuda de los países a los niveles de 2007.
No es, en todo caso, una medida fácil de aplicar. El FMI lanza un globo sonda para ver cómo reacciona el mercado, los Gobiernos y la opinión pública. Basta recordar que la decisión sobre Chipre generó una gran tormenta política en el seno de la Unión Europea.

[También de interés: ¿De verdad España es insolvente?]

Pero si todo sigue como hasta ahora, algo habrá que hacer. Estados Unidos está al borde de la suspensión de pagos porque no hay acuerdo para volver a elevar una deuda que alcanza los 12,2 billones de euros y cuyo techo se ha superado con creces.

En Europa hay varios países cuya deuda pública está por encima del 100% del PIB anual o de la riqueza que es capaz de generar en un año: Italia, Portugal y Grecia. Por su parte, la deuda de España rozará este año el 100%. Pero el impuesto o la quita sobre la riqueza no es la única vía para frenar la bola de nieve de la deuda pública. Existen al menos dos mecanismos más. El primero es que el Estado genere superávit fiscal primario. Con ello conseguiría no sólo frenar el aumento de deuda, sino también reducir su tamaño. El problema es que para conseguir dicho superávit habría que seguir ejecutando duros ajustes y recortes de gasto público. Y no es fácil. Ya se han aplicado numerosos ajustes y pese a ello, el déficit del Estado español acabará con suerte por debajo del 7% este año. No se ve a los políticos con ganas de afrontar el problema de raíz, que no es otro que el sobredimensionamiento de la Administración.

La otra opción es declarar un 'default', es decir, suspender pagos a los acreedores del Estado o una quita de deuda pública, que quizá sea la solución más simple y menos injusta para reducir el volumen de esta. Grecia ha sido el último país europeo en aplicarla y no le ha servido de mucho.

IDNet Noticias
@Jorcha