Siguen las vigilias y el dolor por las víctimas de los atentados de París

Música en las calles de París. Un violín que suena como símbolo del rechazo de la comunidad iraní a los atentados del viernes. El Islam no es una religión de matanzas, dice un artista mientras otros ciudadanos iraníes manifiestan su repulsa con silencio y flores. También enérgicos. "No representan al Islam, son el corazón del diablo", dice una ciudadana musulmana. Otro musulmán simplemente asiste para dar y recibir abrazos. El con los ojos vendados porque todos son bien recibidos. Los congregados se acercan, le abrazan y comparten su intención. Mientras tanto, en Molenbeek, la cuna del yihadismo en Europa, el mejor símbolo resulta ver al hermano de Salah Abdeslam, el terrorista huido, colocar velas en la ventana en memoria de los fallecidos. En contra del terror. El llamamiento a la paz y a luchar en contra de la estigmatización social de este barrio multirracial era unánime. Con murales que abogan por la paz y la llama de las velas simbolizando siempre la esperanza y el cese de esta violencia que la mayoría, gente de bien, no entiende. -Redacción-