Los héroes de París: Historias de ciudadanos que salvaron vidas en los atentados
El reloj de la panadería de Amet se quedó parado a la hora del tiroteo. A las nueve y media el panadero, de origen marroquí, estaba esperando a su compañero. "Oí los disparos y me levanté", explica y enseguida salió a ver qué pasaba. Fue el primero en llamar a una ambulancia y acompañó durante los primeros minutos a una señora tiroteada en su coche. "Pedía ayuda", dice, pero sólo podía estar a su lado. En el momento no sintió miedo y cobijó a decenas de personas hasta que todo pasó. Michel es médico humanitario y vive al lado de una de las terrazas atacadas, conoce bien el sonido de los tiros, los ha escuchado en Afganistán y Sarajevo. Estabilizó a muchos heridos porque los servicios médicos tardaron en llegar pero no olvida a las dos personas que perdió. La estudiante Noemí González fue una de ellas. "Miras como en un túnel, impotente por no salvar a más", explica. Bloquearse es habitual y lo más humano. Adel llevó gratis a los que se subían al taxi, lo peor escuchar a un superviviente de Bataclan que le contaba como sonaban los móviles de los jóvenes muertos a los que nadie respondía. También Memet acogió en su local Kebab a los que escapaban aterrorizados, no cerró la puerta a nadie. Héroes de andar por casa que en el momento clave estuvieron ahí. -Redacción-