Artur Mas acude al funeral de Suárez sin llegar a coincidir con Rajoy
50 metros cuesta arriba, la catedral de luto y un Madrid que amenaza lluvia. Desfile de autoridades. Las cámaras fijan su objetivo, Teodoro Obiang, con su polémica presencia visible hasta en las ventanas de los vecinos. El coche oficial para en la puerta, a menos de un metro del expresidente González que llega andando y con gafas de sol. Ni le mira ni le saluda. Sigue cada uno su camino. A pocos pasos de José María Aznar, vemos al presidente de la Generalitat. Por primera vez desde que convocó la consulta soberanista coincide con el presidente del Gobierno que abandona la catedral sin que se produzca un saludo. Pero a la salida, un afectuoso presidente gallego se despide, se tocan el brazo y la mano y se van juntos, hablando.