Yahoo Finanzas ¿Son los empresarios los que tienen que diseñar los programas universitarios?
Es una de las preguntas que más polémica está generando últimamente a raíz de que los empresarios quieren ser partícipes del diseño de los títulos universitarios. Por un lado, los que defienden que el mundo empresarial es al final el destino de las formaciones y que por tanto tienen el derecho de elaborar propuestas programáticas. Por otro, los que consideran que la educación debe ser absolutamente independiente de las aspiraciones del mundo empresarial.
Todo ha surgido después de que la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) planteara en su Libro Blanco de los Empresarios Españoles el compromiso activo de los empresarios en la elaboración de los programas de la formación. El organismo defiende que la educación es importante y para ello es necesario participar activamente en el diseño de las titulaciones universitarias de grado y posgrado. Algo que en lo que no todo el mundo está de acuerdo.
En este sentido, la CEOE exige también desgravaciones fiscales a las familias que opten por llevar a sus hijos a un centro privado en la etapa obligatoria. Un hecho que también ha generado polémica con sindicatos y el mundo de la educación, que en incontables ocasiones solicitan mayor independencia a la hora de establecer la hoja de ruta en colegios, institutos y universidades.
Tanto UGT como CCOO siempre han estado presentes en todas las huelgas educativas solicitando mayor cantidad de becas y que sea la comunidad educativa la que rija el programa a seguir en todos los cursos. Sin embargo, esta petición por parte de los empresarios choca absolutamente con estas ideas, que han generado un importante debate.
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En su defensa, el mundo empresarial argumenta la intención de mejorar el sistema. “Los empresarios estamos a su disposición para mejorar la educación, que es prioritaria y estratégica para un futuro mejor, que es lo que queremos para nuestro país”, indicaba Juan Rosell, presidente de la CEOE.
“Habrá que decir al mundo de la enseñanza qué es lo que necesitamos para la rentabilidad de los recursos, que no son infinitos”, añadía insistido en que el sistema educativo “debe alinearse” al mercado laboral “para evitar frustración y despilfarro”.
La polémica seguirá encima de la mesa, puesto que también el congreso ya rechazó en su momento la anterior reforma de la educación puesta en marcha en la anterior legislatura y ahora se debe renegociar una nueva ley. No cabe duda que seguro que la participación del empresariado en el desarrollo de los planes educativos de las universidades estará sobre la mesa. Cuestión de tiempo.
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