Privata se deshizo de su tosco pasado para vestir a miles de "cayetanos" en España
Quienes vivieron su juventud en los años ochenta recordarán la marca Privata como uno de los objetos de deseo de los jóvenes adinerados, que lucían con orgullo aquellos jerséis de lana con la característica etiqueta en forma de triángulo escalonado.
Lo que no sabían, probablemente, es que el origen de la marca tenía muy poco que ver con la alta costura y los diseñadores de moda. ¿Habría arrasado Privata entre los ‘pijitos’ si hubieran sabido de dónde venía?
Aunque no fue hasta los años 80 cuando Privata se puso de moda entre la muchachada del jersey sobre los hombros, la marca fue fundada en 1973. Bueno, más o menos: lo que sucedió ese año no fue una auténtica fundación, sino una reconversión radical.
Y es que el verdadero origen de Privata se remonta al año 1925, cuando el empresario Joan Sala i Villegas creó la marca Privat, que no confeccionaba precisamente prendas de lujo sino ropa para trabajadores del campo y el mar: robusta, barata y con ninguna pretensión de elegancia. En el 73 la compañía decidió pasarse a la moda urbana, pero fueron listos y modificaron el nombre añadiendo una “a” para desligarse de su poco glamuroso pasado.
De lo que sí presume la marca, como bien indica en su página web, es de ser “pionera en la fabricación de prendas a partir de materiales 100% reciclados”. Una cualidad que hoy en día es muy apreciada por el auge de la conciencia ecológica, pero que en los años 20, cuando nació Privat, respondía más bien a la necesidad de reutilizar las cosas para ahorrar.
Con este sutil cambio de nombre, un buen lavado de cara y una nueva etiqueta que resultaba inconfundible, Privata consiguió conquistar los armarios de miles de jóvenes ‘bien’ que nunca sospecharon que la marca por la que pagaban pequeñas fortunas había estado décadas vistiendo a los ‘currantes’ del país con materiales reutilizados. Pura poesía social.
VÍDEO: El caos al que se enfrentan los trabajadores de Primark a diario