Yahoo Finanzas Destapan estilo “dictatorial” de Mark Zuckerberg en un mail filtrado
El estilo de gestión corporativa de Mark Zuckerberg, que ha sido tachado de dictatorial y despótico en varias ocasiones, volvió a ser noticia este fin de semana, cuando salió a la luz un correo electrónico confidencial con el que el fundador de Facebook pedía la renuncia de uno de sus empleados.
Bajo el asunto “Por favor, renuncie”, el director ejecutivo de Meta reprochaba a su equipo la filtración de una información compartida durante reuniones internas, en las que se discutieron los planes futuros de Facebook para 2010.
Zuckerberg, cuya fortuna actualmente supera los US$ 72.3 mil millones, calificó en la filtración como un “acto de traición” y dijo a su equipo que en la empresa no había cabida para los que consideran “apropiado filtrar una información interna”.
“Muchos de ustedes vieron el artículo de TechCrunch, donde se afirmaba que estamos fabricando un teléfono móvil. No estamos fabricando un teléfono y hablé extensamente sobre lo que realmente estamos haciendo: crear formas de hacer que todos los teléfonos y aplicaciones sean más aptas para las redes sociales”, escribió Zuckerberg, que tenía 25 años en ese momento.
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“Descubriremos quién es de todos modos”
TechCrunch, una publicación dedicada a informar sobre el negocio de la tecnología, las nuevas empresas, la financiación de capital de riesgo y Silicon Valley, había reportado -erróneamente, según Zuckerberg- que el gigante tecnológico estaba diseñando en secreto el software para un teléfono móvil y trabajando con un tercero para construir el hardware.
El correo tomó un tono más desafiante, cuando Zuckerberg pidió a “quien filtró esto que renuncie de inmediato”: “Si no renuncia, es casi seguro que descubriremos quién es de todos modos”.
La captura tomada al correo electrónico de 2010 acumuló más de 3 millones de visitas desde que se publicó el domingo en la cuenta de Twitter llamada Internal Tech Emails. El documento salió a la luz después de que Zuckerberg anunciara a mediados de mes que despediría a más de 10.000 empleados, en una ola de recortes que comenzó en noviembre con 11.000 despidos.
“Es frustrante y destructivo que alguien aquí pensara que [sic] estaba bien decirle esto a alguien fuera de la empresa”, continuó Zuckerberg en su correo. “El hecho de que la historia fuera inexacta hace todo esto peor”.
El cofundador de TechCrunch, Michael Arrington, quien escribió la historia, pasó desde entonces a dirigir Arrington Capital, una firma de capital de riesgo centrada en la Web3.
“Tuve que pasar mucho tiempo personalmente en los últimos días... limpiando el daño de este desastre”, escribió. “Incluso ahora, estamos en una posición más precaria con las empresas en el espacio móvil que deberían ser nuestros socios, porque ahora piensan que somos competidores”.
Mientras se comprometía a tomar medidas enérgicas contra las filtraciones a la prensa, Zuckerberg agregaba que Facebook es “una empresa que promueve la apertura y la transparencia, tanto en el mundo en general como aquí internamente”.
“Pero el costo de una cultura abierta es que todos tenemos que proteger la información confidencial que compartimos internamente (...) Si no lo hacemos, arruinamos a todos los que trabajan duro para cambiar el mundo”.
En 2016, un exempleado de Facebook llamado Antonio García Martínez, que fue despedido de su puesto de ejecutivo de cuentas, escribió un libro en el que afirmaba que Zuckerberg gobernaba la empresa con mano de hierro.
García Martínez comparó a la empresa con una secta y dijo que el estilo de liderazgo de Zuckerberg era similar al del gobernante norcoreano Kim Jong Un.
Su libro, titulado “Chaos Monkeys: Obscene Fortune and Random Failure in Silicon Valley” (Monos del caos: Fortuna obscena y fiasco aleatorio en Silicon Valley) asegura que a las empleadas de Facebook se les dijo cómo vestirse y que tenían que evitar usar faldas “demasiado cortas” para que no “distrajeran” a los demás.
“Nunca antes había visto una empresa tan maníaca en asegurar la perpetuación de sus valores originales”, escribe Martínez en su libro. “Era como Estados Unidos el 4 de julio, todos los días”.
Según el autor, entre los eslóganes de la empresa se encontraban: ‘Nuestro trabajo nunca termina’, ‘Hazlo más rápido’ y ‘Este viaje solo va por un 1%’. La compañía también distribuyó a sus empleados un libro que advertía “Si no creamos lo que mata a Facebook, alguien más lo hará”.
