Yahoo Finanzas Europa, a punto de poner patas arriba nuestros horarios
Jaime Quirós – Acostarse tarde, levantarse tarde, salir tarde del trabajo, ver la televisión y volver a la cama tarde. Ha sido la tónica general en España durante años. Política, trabajo, sociedad, economía, medio ambiente, ahorro energético y costumbres se entremezclan y provocan que tengamos una actividad vital en horas que no corresponden con lo ideal, si queremos que vaya en sintonía con las horas en las que nos ilumina Lorenzo.
Dentro de una semana la Eurocámara va a discutir la propuesta planteada por Finlandia para acabar con el cambio de horario de verano e invierno. El motivo es sencillo: el escaso ahorro energético que se consigue y el impacto negativo que provoca para la salud de la población europea.
En caso de que se decida su suspensión, hay que tomar otra decisión que no es ninguna tontería, ya que habría que decidir qué horario debe mantenerse, si el de invierno o el de verano. No es baladí, ya que mantener uno u otro supone importantes implicaciones para diferentes sectores económicos europeos.
Las consecuencias son especialmente importantes en España, que espera expectante la decisión que se tome. De hecho, en Valencia hay una hora de diferencia con respecto a lo que le correspondería en invierno y dos en verano, y en Galicia llegue a haber hasta dos en invierno y tres en verano. Por lo tanto, si se decide dejar la de verano, casi sería peor incluso para nuestro país que lo que ya tenemos e iríamos especialmente desfasados.
Impacto económico
Adaptar a las horas más correctas puede ayudar a racionalizar los horarios laborales, reducir trastornos patológicos del sueño -con las ventajas sociales y económicas que ello conlleva en sanidad-, atraer turistas más conservadores en sus costumbres, e incluso cambiar la visión que se tiene en el extranjero de que los españoles son unos juerguistas. También afecta a las transacciones económicas y comerciales que se realizan con los países del entorno, razón por la que se apunta como positivo que todos esos países se encuentren acompasados en horarios.
Si se toma la decisión de comenzar el proceso, será el primer paso de un largo camino a recorrer. Habrá que realizar un estudio de impacto económico, algo bastante complejo. Si sale positivo, se tendrá que implementar y veríamos las consecuencias reales.
Realmente, ¿servirá para algo adaptar los tiempos europeos en España? ¿Tenemos tan establecidos los horarios que ya adelanten o retrasen los horarios muchas horas seguiremos haciendo lo que nos da la gana? Es una buena duda que sólo resolveremos si finalmente se lleva a cabo el cambio.
“Spain is different”. Tan “different” que todo apunta a que tienen que pasar siglos para igualarnos a los estilos de vida europeos, por mucho que Europa nos adapte los horarios en toda la Unión. Nuestras costumbres, las “typical spanish”, como la hora menos en Canarias, no hay quien nos las quite. Esperemos que al menos evitemos el peñazo de cambiar la hora a todos los relojes de la casa dos veces al año.
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