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El erotismo pasado y presente de Berlín, “la ciudad más sexual de la tierra”

A general view on the building which, among other things, is the home of the Kit-Kat Club in Berlin, Thursday, Oct. 4, 2018. Patrons of the famed nightclub in the German capital are being told to immediately visit a doctor to be checked for bacterial meningitis after they may have been exposed to the life-threatening illness on the dance floor.  (AP Photo/Markus Schreiber)
Kit-Kat Club, en Berlin (AP Photo/Markus Schreiber)

“¿Es Berlín una ciudad tan progresista sexualmente como lo fue en el pasado?”, se preguntaba hace unas semanas un panel de expertos convocados en la céntrica Soho House Berlin, un club privado situado en pleno corazón de la capital alemana. Gente salida del periodismo, la literatura, del mundo académico y de la pornografía alternativa estaban convocados allí por Intelligence Squared Germany.

Esta compañía británica dedicada a la organización de eventos no dejaba pasar este verano la oportunidad de llenar una de las grandes salas del edificio histórico que ocupa la Soho House berlinesa gracias al tirón sexual que se atribuye a Berlín. “Hace cien años Berlín tenía el primer Instituto para la Ciencia Sexual y docenas de bares para gays y lesbianas”, decía micrófono en mano Damien McGuinness, corresponsal de la BBC en la capital alemana y maestro de ceremonias para Intelligence Squared Germany.

“En Berlín estamos bien posicionados para hablar sobre monogamia, poliamor y todo lo que haya entre esos dos conceptos”, añadía el periodista, avanzando los temas principales a los que se dedicarían los invitados del panel. La cita en la Soho House Berlin servía a las decenas de asistentes para situarse en una metrópolis donde el sexo es parte de la identidad de la ciudad. De que esto es así no le cabe duda a Jeff Mannes, un joven sociólogo luxemburgués afincado en Berlín. Se dedica profesionalmente a realizar tours en la capital alemana para descubrir a quienes le acompañan la historia sexual de Berlín. Entre otras cosas, Mannes enseña en sus paseos por la ciudad por qué Berlín es “la ciudad más sexual de la tierra”.

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Berlín era en los años 20 una ciudad mucho más grande que ahora, ahora estamos en 3,7 millones y creciendo, pero entonces estábamos por los cuatro millones. En los 20, mucha de esa gente vivía en pequeños apartamentos, compartidos por muchos, entre ocho y seis personas. Había mucha gente que simplemente deseaba estar fuera de casa, en bares o clubes nocturnos. Por eso se puede hablar de aquel florecimiento histórico de la vida nocturna y, por tanto, sexual”, explica Mannes.

Jeff Mannes posa en lo que fue El dorado, uno de los míticos locales LGBT de Berlín en los años 20.
Jeff Mannes posa en lo que fue El dorado, uno de los míticos locales LGBT de Berlín en los años 20.

“Otras razones que pueden explicar ese florecimiento es el ambiente que se vivió en los años de la República Weimar, la primera democracia que se vivió en Alemania y, por último, yo hablaría de una cosa cultural propia de los alemanes. Los alemanes son, por un lado, gente muy recta, siempre cumpliendo las reglas, pero, por otro lado, también se dice de ellos que son la nación más pervertida de Europa”, abunda este guía.

Menos oferta para gays y lesbianas que en los años 20

Mannes habla sentado en un bar cerca de Nollendorfplatz, en el distrito de Schöneberg, zona del sureste berlinés que todavía figura como uno de “los puntos calientes” para la comunidad gay berlinesa. La zona está estos días de fiesta. El Día del Orgullo Gay de Berlín se celebra el 27 de julio.

Por visible que sea hoy la comunidad gay en la capital alemana, lo cierto es que, entre 1920 y 1933, hubo funcionando 120 bares para gays y 80 para lesbianas, según las cuentas de las que se hace eco Mannes. Casi cien años después, la comunidad gay berlinesa parece no tener tanta variedad en la oferta nocturna como en los días de la República Weimar.

Es más, en la Soho House Berlin, el día de la conferencia sobre sexualidad en la capital alemana, una de las figuras del panel de expertos, la trabajadora sexual y actriz porno estadounidense Sadie Lune, lamentaba la escasa oferta actual. “Lo he investigado y practicado. Actualmente, hay al menos un bar para lesbianas en Berlín y otro queer”, decía Lune, quien también se define sexualmente con ese segundo término inglés.

El BEGiNE es el único bar para lesbianas que existe en Berlín hoy por hoy, pero hay también muchas fiestas para lesbianas”, confirma por su parte Mannes. Alude a un local autodefinido como “punto de encuentro y cultura para mujeres”. “Hoy ha de haber entre 60 ó 70 bares y clubes que son o gays o queer o muy, digamos, queer-friendly”, según Mannes.

Para él, la experiencia del nazismo, la represión que supuso para el colectivo gay y para quienes investigaban sobre sexualidad en Berlín, como el médico judío Magnus Hirschfeld, unido a la división de la ciudad en tiempos de la Guerra Fría explica mucho por qué no se puede comparar, en lo que a sexo se refiere, a la capital alemana de la República Weimar con la de la Alemania reunificada.

Que las cosas han cambiado en un siglo en la capital germana lo demuestra también que ahora sea un supermercado de productos ecológicos Eldorado, uno de los míticos locales LGBT del Berlín de los años 20. Aún así, se puede decir de Berlín que, como dice el dicho, “quien tuvo, retuvo”.

Clubes donde se practica sexo

La ciudad alberga hoy día lugares de ocio de fama internacional donde las relaciones sexuales son uno de los principales atractivos. Por el ejemplo, el Kit-Kat Club, desde donde se han exportado a otras ciudades de Alemania y Europa fiestas sexuales como la del Fickstuten Markt, algo así “El Mercado de las Yeguas”. En esta fiesta sexual sólo para hombres, los hay que deciden ser “yeguas”, quedando a merced de los “sementales” para prácticas sexuales.

También por esa fiesta, el Kit-Kat Club figura en la lista de locales más conocidos de Berlín. El Berghain, otro célebre club berlinés, comenzó siendo un club sólo para gays, “aunque ahora todo el mundo puede ir, independientemente de su sexualidad”, según Mannes. “El ://about blank es otro famoso club berlinés. Tiene una fiesta que se llama buttons caracterizada por tener un ambiente muy sexual”, según Mannes.

En su lista también figuran otros clubes como el Imsomnia-Berlin o el Schwutz. En muchos de esos y otros clubes no es raro que haya áreas destinadas a la práctica del sexo o las llamadas “dark rooms”, habitaciones óptimas para encuentros sexuales y casuales en la oscuridad.

“Además, también existen lugares donde se organizan fiestas o eventos sexuales regularmente”, comenta Mannes. Alude, por ejemplo, al Lab.Oratory, “que cada jueves organiza una fiesta a la que todo el mundo va desnudo, aunque bueno, en ocasiones estas fiestas no se caracterizan tanto por el sexo sino sólo por lo curioso o divertido que hay en estar todo el mundo desnudo”, recuerda Mannes. Para él, otro buen ejemplo de fiestas sexuales son las que se organizan en la plataforma Pornceptual. Sus responsables presentan regularmente eventos donde el sexo también va invitado.

En suma, en Berlín el sexo es un elemento más del día a día de la ciudad. Algo parecido ocurre en otras ciudades como Hamburgo o Amsterdam, famosas por disponer ambas de un barrio rojo. Mannes, sin embargo, insiste en la particularidad berlinesa. “Berlín no tiene un distrito rojo, toda la ciudad es una especie de barrio rojo”, concluye.