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"¡Vive tu masculinidad!": así se entrenan a "los hombres del siglo XXI"

Vestido, con una mano sobre el pene y otra sobre el corazón, el veterano coach, terapeuta y formador espiritual Frank Fiess invita a su audiencia, algo más de trescientos hombres, a imitarle en sus gestos y seguir su reflexión. Con los ojos cerrados dice: “He conocido muchos hombres homosexuales en mi trabajo, y los quiero, he conocido muchos hombres heterosexuales, los quiero también, somos una hermandad”.

Participantes en la Conferencia por la Masculinidad organizada en Berlín en la que se buscan las respuestas a qué consiste en ser hombre en la actualidad / Salvador Martínez Mas
Participantes en la Conferencia por la Masculinidad organizada en Berlín en la que se buscan las respuestas a qué consiste en ser hombre en la actualidad / Salvador Martínez Mas

Esa era una de las últimas escenas que se vivía en la Conferencia por la Masculinidad organizada en Berlín a principios de mes. La intervención de Fiess era la última y de las más esperadas. Fiess lleva tres décadas trabajando, entre otras cosas, en coaching para hombres, la psicoterapia, la terapia corporal y la terapia de parejas. Desde que subió al escenario que ocupaba el centro de conferencias y celebraciones Tegeler Seeterrasen, en el noroeste berlinés, tenía a su audiencia de la Conferencia por la Masculinidad en el bolsillo.

Entre los asistentes estaba Tobias, un hombre de 36 años que trabaja para empresas en recursos humanos. “Frank ha hecho una mezcla especialmente interesante entre lo que él contaba y la experiencia directa”, dice Tobias. Alude a los muchos ejercicios físicos y de respiración que Fiess invitaba a realizar a la audiencia mientras les hablaba de cuerpo, alma, amor, religión, masculinidad y muchas de sus experiencias vitales. Tobias es padre de un niño de tres años. “Ser padre me ha cambiado, ahora me pregunto cómo ser un buen padre”, apunta, justificando así su presencia en la conferencia. Es el segundo año que visita el evento.

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Matthias, un masajista entrado en los sesenta, se va con la “cabeza llena de información” de la Conferencia por la Masculinidad, según sus términos. Su presencia en ella parece deberse a motivos personales íntimos. “He venido porque había escuchado que podía encontrar respuesta a sentimientos como la soledad, la sensación de no sentirse bien o, como hombre, no sentirse alguien de valor”, comenta. “Lo más importante para mí aquí, ha sido cuando veía que un tema me tocaba, que ese tema era importante, por ejemplo, el tema de la paternidad, he pensado mucho en cómo es la relación con mi padre, cómo mi padre estaba poco presente en casa cuando yo era niño, y cómo fue un referente masculino para mí”, añade.

A Matthias se le ve visiblemente satisfecho tras los dos días que dura la conferencia. Allí ha escuchado y tomado nota de cuanto decían Fiess y otros coaches, expertos, autores de libros autoayuda de éxito y hasta abogados especializados en el reto que para muchos supone ser “hombre en el siglo XXI”.

La Conferencia por la Masculinidad de este año era la sexta que se organizaba. Es una de las citas de referencia en Alemania para aquellos que, como Fiess, se dedican a atender a hombres deseosos de aprender sobre su identidad masculina. Detrás del evento está John Aigner. Este hombre, además de organizar la Conferencia por la Masculinidad, se dedica desde hace algo más de una década a ser una suerte de “mentor” para hombres que requieren de sur servicios.

En Internet, Aigner presenta sus servicios con una exclamación: “¡Vive tu masculinidad!”. “En el mundo, desde siempre se han hecho cosas en las que los chicos han aprendido cosas de los hombres, los niños han aprendido de los hombres cómo se es un hombre. Pero a día de hoy, la sociedad y el mundo laboral han cambiado mucho; ahora los hombres ya no tienen un modelo masculino”, explica Aigner.

Side view  portrait of mixed race woman hugging psychologist during therapy session in support group, copy space
Muchos de los participantes en la Conferencia por la Masculinidad de Berlín acuden para tratar temas sobre la soledad, la visión de la masculinidad en la sociedad, la intimidad o la salud mental / Getty Images

En el espacio de la conferencia, a Aigner se le ve a hablar con asistentes, responsables, las personalidades que intervienen y clientes en potencia. A todos les da largos abrazos. En el recinto de la Conferencia por la Masculinidad, abrazarse entre hombres es lo normal, incluso cuando a uno lo acaban de conocer.

Para quienes forman parte de los talleres, seminarios o sesiones individuales de asesoramiento personal de Aigner, él es un “mentor”. “Muchos hombres de los que vienen a verme no tienen padre o les falta esa figura y se hacen muchas preguntas. Un mentor hace lo que haría un padre, un hermano o un buen amigo”, abunda Aigner. Entre sus clientes, hay abogados, políticos, oficinistas, entre otras cosas. “Es un grupo muy heterogéneo”, sostiene el “mentor”.

Para organizar la Conferencia por la Masculinidad, Aigner creó la organización sin ánimo de lucro MALEvolution, dedicada esencialmente cada año a montar la gran cita berlinesa de la masculinidad. El nombre de la organización juega con las palabras inglesas male – o “macho” – y evolution – “evolución”. La idea de Aigner y compañía es luchar contra lo que él llama “patriarcado represivo”, una misión que parece bastante en deuda con el feminismo y el movimiento de emancipación de la mujer.

“Uno puede decir que el feminismo ha hecho algo bueno para los hombres. A través de él, los hombres pueden comportarse con normalidad, vivir experimentando y expresando todas sus emociones y no sólo con esas ideas de ser un hombre fuerte y agresivo. Me refiero a un hombre con todas sus emociones. Yo a esa forma de ser en la que el hombre está reprimido lo llamaría patriarcado represivo”, plantea Aigner.

Su conferencia también sirve para que se presente una buena veintena de iniciativas y proyectos de intenciones formativas sobre la masculinidad similares a las que Aigner desarrolla en Berlín. En uno de los puntos informativos montados para la ocasión espera de pie Matthias Scharte, del Centro de Trabajo y Terapia Iniciático-Fenomenológica (ZIPAT por sus siglas alemanas), una organización con sede en Bonn (oeste germano). Scharte lleva una década dedicado a los talleres y seminarios del ZIPAT, que también tiene eventos destinados a mujeres y parejas.

“Para hombres tenemos un seminario que se ocupa de la cuestión en qué consiste ser hombre. En él, uno se interroga sobre cómo es, cómo es respecto a su empatía, a su voluntad o a sus deseos. Siempre hacemos un ritual, una iniciación donde se experimenta el paso de una frontera vital”, cuenta Scharte. “Ya no hay tantos hombres en la vida de los niños para que éstos aprendan el papel masculino”, añade Scharte. Alude a tendencias en la sociedad que dejan, a su entender casi por defecto, la responsabilidad de la crianza en manos de mujeres, ya sean madres, cuidadoras en guarderías o maestras en la educación.

“En temas como la crianza, por ejemplo, la sociedad no cree en la capacidad de los hombres para criar. Los hombres tienen otras cualidades específicas para la crianza y la educación de los niños. Pero ocurre también, en muchos casos, que los hombres no saben de esas cualidades. Desde hace mucho se nos ha transmitido la idea de que no somos necesarios para nuestros hijos”, abunda Scharte.

Father and daughter sitting in living room reading a book together
"En temas como la crianza, por ejemplo, la sociedad no cree en la capacidad de los hombres para criar", explica uno de los conferenciantes / Getty Images

Él plantea, al igual que Aigner, que su actividad forma parte de un “movimiento de hombres que lucha contra las desventajas que la sociedad les presenta”. Aigner, por su parte, defiende que este movimiento va “en paralelo” al feminismo. “Nosotros queremos actuar en paralelo al movimiento de la mujeres, nunca en contra de la emancipación de la mujer. Queremos ser conscientes de lo que significa ser hombre e ir hacia las mujeres con el amor por delante”, según el organizador de la Conferencia por la Masculinidad.

Sea como fuere, en Alemania, aprender a ser el “hombre del siglo XXI” cuesta dinero. Aigner tiene una amplia gama de precios y servicios. Van desde el coaching individual sobre masculinidad, donde dos horas valen 238 euros, hasta cinco días de taller donde aprender “sexo cósmico”, formación que cuesta 850 euros. Los seminarios del ZIPAT sobre masculinidad valen entre 390 y 540 euros. Aunque la conferencia para la masculinidad salga de una iniciativa sin ánimo de lucro, la asistencia a la cita cuesta entre 90 y 120 euros.

“Aquí somos todos iniciativas privadas porque no hay fondos públicos o algo así que nos apoye”, explica Scharte sobre las iniciativas presentes en la Conferencia para la Masculinidad. Él no parece preocupado sobre la evolución de su sector. Por sus talleres han pasado miles de hombres. No ve motivos para pensar que no lo vayan a seguir haciendo.