El Rubius, Ibai, Andorra y el peligro de extender el mensaje de 'España roba'
Lo que dicen ‘youtubers’ y ‘streamers’ de la talla de Ibai Llanos o Rubén Doblas, alias El Rubius, va a misa. Y no es que sus homilías sean de catedral de bóveda de crucería, es más porque sus mensajes calan a millones de fieles que se sienten identificados con estos gurús de la comunicación, y por supuesto, sus palabras están en un pedestal. Hasta los medios generalistas se hacen eco de sus andanzas. A veces la razón y la lógica sirven de filtro, pero en muchas ocasiones sus opiniones y posturas son asumidas como una cuestión de fe, de dogma salido de la admiración y del respeto que le profesan millones de adolescentes. Igual que durante las conversaciones de sobremesa hay quienes repiten al pie de la letra lo que sus comunicadores radiofónicos preferidos dijeron durante la mañana, las nuevas generaciones absorben y reproducen expresiones, modismos, criterios y apreciaciones de los ‘youtubers’ de moda. También trascienden sus formas de vida y sus valores.
La decisión de El Rubius de marcharse a vivir al Principado de Andorra para “estar más cerca de sus amigos” guarda un trasfondo no exento de polémica. Tanto él como otros ‘influencers’ optan por cambiar de aires porque allí se pagan muchos menos impuestos (máximo de 10 por ciento) que en España (47% por ingresos superiores a 300.000 euros). Esta postura no es menos legítima que la de deportistas, por ejemplo, que eligen jugar en países en los que cuentan con mayores ventajas fiscales que en España. Otra cosa es el componente ético y el mensaje que están manando a millones de jóvenes seguidores.
Más allá del legítimo derecho a que cada persona resida donde le plazca, faltaría más, repetir hasta la saciedad a una legión de fans adolescentes - e incluso más jóvenes - que ‘España roba’ puede crear una impresión distorsionada de lo que significa pagar impuestos. Que grandes fortunas, donde también se encuentran estos ‘influencers’, decidan mirar por su propio bolsillo y prefieran ignorar el espíritu solidario de contribuir al arca social es una perspectiva elitista en la que prima el sálvese quien pueda. Eso es precisamente lo que estos jóvenes triunfadores le están diciendo a su público, que es mejor que unos pocos vivan bien - sea donde sea - a que ciertas esferas más necesitadas de la sociedad gocen de la inversión pública en salud, en educación, en seguridad, en ayudas sociales…
Por supuesto que se puede pensar y actuar de esa manera, de la misma manera en la que se puede poner en cuestión los valores de aquellos que barren para casa y le dan la espalda a la sociedad. Como hay gente para todo, también hay otros ‘streamers’ que han preferido asumir su condición de nuevos ricos con algo más de gratitud, en lugar de como adalides de ese egoísmo más viejo que las piedras.
Alexelcapo tiene 1,7 millones de subscriptores en su podcast y lo que dice también va a misa.
A los streamers y youtubers que seguís por España y estáis pensado ir a Andorra...Pensadlo otra vez, dadle un par de vueltas. Sí, ganaréis más dinero pero si estáis en la posición de que iros os sea rentable es que tenéis de sobra para vivir. Yo también lo pensé hace años.
— Alexelcapo (@EvilAFM) January 17, 2021
Estamos en medio de una de las mayores crisis sanitarias que se recuerdan y sí, nos suben los impuestos. Sí, a mi también me pica cuando lo veo y a la vez ya gano más suficiente. Sí, roban mucho los políticos y esto y lo otro, es cierto.
— Alexelcapo (@EvilAFM) January 17, 2021
Por no hablar de Llanos, quien también ha hecho un alegato bastante claro de por qué es, desde su punto de vista, importante tributar en España.
No hace falta que la cuenta corriente se llene de ceros para que la perspectiva de algunas personas sea la misma que la de aquellos que prefieren pagar menos impuestos. Sólo hay que echar un vistazo a los hilos de las redes sociales para comprobar que muchísimos ciudadanos harían lo mismo que Vegetta777, Willyrex, TheGrefg y la más de una docena de otros ‘influencers’ que se han marchado a Andorra a vivir una nueva vida.
Es una cuestión de preferencias sobre modelos sociales. Dejando de lado sistemas económicos radicales y actos ilegítimos, coexisten varios tipos de ciudadanos. Están los que prefieren vivir en una sociedad como la estadounidense, en la que se le da más peso a la propiedad privada que a la colectiva y cada uno se labra su camino sin mirar atrás. Es ahí donde prima el sentimiento de “¿por qué voy a pagar el servicio médico a alguien que no trabaja?” como máximo exponente de este modelo que tira más hacia el lado capitalista que socialista - con excepciones - . Luego están los que se sienten cómodos en las economías mixtas más intervencionistas, en las que el Estado es un ente protector a expensas de los bolsillos de los ciudadanos. En los países nórdicos, como en Dinamarca, la tasa fiscal es superior al 50 por ciento de los ingresos; la contrapartida es una protección social de garantías.
Y en otro apartado se encuentran los que se afincan en paraísos fiscales para evitar pasar por el aro, y si están a dos horitas de la frontera de la tierra natal, mejor. Ellos son los listos, los que beben de los clicks de personas entre las que hay muchas que necesitan un cobijo social. Todo un ejemplo de cómo devolver a la sociedad lo que la sociedad tanto les ha dado. Y no sólo eso, además algunos se vanaglorian con la boca llena y normalizan su decisión ante una legión de fans que quieren ser como ellos y cuyas perspectivas están en construcción, que para eso muchos son niños. Y así se extiende esta narrativa sobre un asunto que en otros tiempos, a los más pequeños ni les iba ni les venía, pero que ahora aprenden antes incluso de saber lo que significa tributar. El ‘España roba’ vende más, y eso parece estar primando por encima del Estado de bienestar que estas generaciones deberán salvaguardar... o no.