Yahoo Finanzas El impuesto a las casas vacías que no impide que haya cada vez más viviendas sin uso
Jorge Chamizo – Lo aplican muchos municipios y ya recauda casi 800 millones al año. Es el polémico recargo sobre las casas vacías que teóricamente pretende servir para que los propietarios les den una utilidad pero que parece servir más bien para recaudar y apuntalar las maltrechas arcas municipales. De hecho, el número de casas vacías ha aumentado en estos últimos años y además el recargo está recurrido en los tribunales.
El parque de viviendas en 2015 era de 25,5 millones de unidades, de las cuales 18,6 millones eran hogares y 6,9 millones correspondían a viviendas secundarias. De éstas últimas, 4,4 millones están en uso y 2,5 millones vacías. En conjunto, somos un país de propietarios: tenemos más viviendas por hogar que los europeos, ya que el ratio en España es de 1,4 viviendas por hogar, frente a 1,12 de media en la UE.
El resultado es que el impuesto a las viviendas vacías también ha aumentado su recaudación durante la crisis. El recargo del IBI por esta figura ingresó 774 millones en 2015, lo que supone el doble de lo que percibía en 2006, antes de que estallara la burbuja inmobiliaria, según los últimos datos de la Intervención General del Estado.
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Los ingresos no han dejado de incrementarse por un conjunto de factores: el crecimiento de las viviendas vacías desde que comenzó la crisis, los continuos incrementos de los valores catastrales, lo que aumenta la base sobre la que se calcula el impuesto, y que cada vez más consistorios han aprobado este recargo en el IBI. Es decir, es un verdadero maná para los municipios.
El tributo permite un recargo del 50% de la cuota y así se aplica ya en ciudades como Barcelona, Sevilla, Zaragoza, La Coruña, Córdoba o Santiago de Compostela. El incremento del número de municipios que penalizan fiscalmente a las casas vacías ha sido imparable: si en 2008 eran 175 ya son 219, según los datos del Catastro. Bancos, promotoras y constructoras son los principales pagadores del recargo que, según cada municipio, también puede penalizar a segundas residencias.
Es decir, la medida se extiende y eleva la recaudación, pero no consigue por ahora su objetivo de incentivar a los propietarios a dar salida a los inmuebles, posiblemente porque la gran mayoría de estas casas están en manos de la banca, que tiene grandes dificultades para colocar esas viviendas nuevas porque están ubicadas en sitios que no generan demanda. El stock de vivienda nueva pendiente de vender apenas ha bajado en estos años de ligera recuperación y a ello se ha añadido vivienda usada que tampoco se utiliza o está abandonada.
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