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El adolescente que aprendió a reparar modelos de iPhone por su cuenta pone en jaque a Apple

Cuando a Surya Raghavendran, de Michigan (EEUU), le quisieron cobran en una tienda de Apple 120 dólares (unos 102 euros al cambio) por segunda vez para reparar la pantalla de su iPhone decidió que no estaba dispuesto y se puso manos a la obra. Con tutoriales de Youtube y mucha fuerza de voluntad aprendió a hacerlo él mismo. Tanto es así, que incluso montó su propia empresa de reparación. Ahora es uno de los defensores más activos del derecho a reparar tus propios dispositivos en su estado, según informa Motherboard, que ha hablado con él.

Un adolescente de 17 años reclama el derecho a reparar tus propios dispositivos para no tener que, entre otras cosas, pagar 120 dólares por arreglar la pantalla de un iPhone como le pasó a él. (Foto: Andrew Burton/Getty Images)
Un adolescente de 17 años reclama el derecho a reparar tus propios dispositivos para no tener que, entre otras cosas, pagar 120 dólares por arreglar la pantalla de un iPhone como le pasó a él. (Foto: Andrew Burton/Getty Images)

El germen del activismo de Raghavendran, de 17 años, se remonta aquel día en el que corriendo dejó caer su iPhone 5C. La pantalla se hizo añicos. Con ayuda de sus padres, juntó los 120 dólares que cuesta repararla y acudió a una tienda de Apple para que se lo arreglasen. En España, para ese modelo, el precio es de 151,10 euros según el listado oficial. Al poco tiempo, el terminal empezó a dar problemas y el chico acudió de nuevo al servicio técnico.

La solución que le dieron fue volver a pagar lo mismo y cambiar de nuevo la pantalla. Se negó y buscó otra opción. Esta consistió en comprar un recambio no oficial a un tercero y con tutoriales de Youtube, aprender a hacerlo él mismo. Tras dos horas de empeño había conseguido arreglar su teléfono por mucho menos dinero de lo que le pedían en Apple. Con la lección aprendida, decidió emprender.

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Montó su propia empresa, SKR Screen Repair, y por la mitad del presupuesto oficial arregla pantallas. Un negocio que ha funcionado. Más si se tiene en cuenta que la mayoría de clientes son de su instituto y que los modelos de iPhone son muy populares en Estados Unidos. “Si anuncias un negocio de reparación de iPhone barato en una escuela secundaria, ganarás mucho dinero”, ha declarado a Motherboard.

Sin embargo, hubo un problema con el que ni él ni los usuarios de sus servicios habían tenido en cuenta. Apple activó una actualización del sistema operativo de los iPhone que provocó que quienes habían introducido componentes externos a la marca de la manzana mordida viesen como sus teléfonos dejaban de funcionar. Eso fue lo que encendió la mecha del activismo de este adolescente de Michigan de 17 años para demandar el derecho de las personas a reparar sus dispositivos.

“La gente debería poder elegir dónde quieren reparar sus dispositivos. El derecho de reparación disminuirá la cantidad de desechos electrónicos y las personas retendrán sus dispositivos durante mucho más tiempo con redes de reparación adecuadas”, defiende Raghavendran, que se ha puesto en contacto con asociaciones y dirigentes para promover esta iniciativa.

Además, tiene de su parte a Nathan Proctor, el Director de la Campaña por el Derecho a Reparar en el PIRG de Estados Unidos repair.org. Ellos batallan porque se apruebe este derecho a nivel global y que todo el mundo pueda arreglar sus aparatos, no solo teléfonos, donde quiera, con garantías y sin tener que pagar los precios a veces desorbitantes de las marcas.

La lucha en Michigan acaba de iniciar el camino, pero cuentan con el precedente de Massachusetts, que en 2012 aprobó una ley por la que las compañías del motor deben compartir la información de diagnóstico con terceros y están estudiando si ampliarla al sector de la telefonía y del videojuego.

La idea de quienes defienden este derecho es que se obligue a las empresas a facilitar al resto tanto la información de diagnóstico como manuales de reparación. En definitiva, todo lo que pueda ayudar a reparar un dispositivo sin necesidad de acudir, en este caso, a una tienda Apple y pagar 120 dólares por una pantalla.