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Economía de EEUU no ayudaría en Guerra Fría con China: N. Smith

(Bloomberg) -- Un número creciente de formuladores de política y expertos argumentan que Estados Unidos se dirige hacia una nueva Guerra Fría. Con el aumento de las tensiones entre EE.UU. y China, la posibilidad de una prolongada lucha por ser la gran potencia es demasiado real. Pero los guerreros de una guerra fría del XXI deberían recordar cómo y por qué EE.UU. prevaleció en su contienda del siglo XX con la Unión Soviética. Fue una economía fuerte e instituciones efectivas lo que permitió a EE.UU. sobrevivir a su poderoso enemigo.

EE.UU. y la Unión Sovética nunca fueron a la guerra directamente. Ellos se involucraron en una serie de conflictos e intervenciones de poder, pero básicamente la Guerra Fría no se decidió en un campo de batalla del tercer mundo. Tampoco fueron las armas de espionaje al estilo James Bond las que finalmente marcaron la diferencia, ni los discursos sobre la libertad. En pocas palabras, EE.UU. ganó la Guerra Fría porque su sistema económico y político produjo una prosperidad que se distribuyó ampliamente y el sistema de la Unión Soviética no.

EE.UU. siempre fue más rico que la Unión Soviética. El primer ministro soviético Nikita Khruschev quedó impresionado con un supermercado en San Francisco en 1959 y el presidente Richard Nixon se jactó de los altos estándares de vida de EE.UU. en un debate. Pero para la década de 1970, las economías de ambos países comenzaron a divergir radicalmente. La Unión Soviética se volvió esclerótica y dependiente del petróleo, con un sistema comercial cerrado, fábricas ineficientes y escasez crónica de alimentos y bienes domésticos de primera necesidad. Pero EE.UU., pese a la estanflación de los años 70 y el alto desempleo en los años 80, continuó enriqueciéndose. Para cuando el presidente ruso Boris Yeltsin repitió la visita al supermercados de Khruschev en 1990, no había duda de qué sistema era superior.

Pero la divergencia no ocurrió solo porque el socialismo soviético fracasó; Estados Unidos tuvo que demostrar que podía tener éxito. Tampoco fueron las simples políticas de libre mercado y laissez-faire las que produjeron ese éxito. EE.UU. realizó grandes e importantes inversiones gubernamentales durante las primeras etapas de la Guerra Fría, que dieron sus frutos en las etapas posteriores.

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La primera gran inversión fue en infraestructura. El sistema de autopistas interestatales de EE.UU. y otras redes de carreteras construidas a mediados del siglo XX fueron uno de los grandes logros de obras públicas de todos los tiempos y trajeron beneficios económicos duraderos. La construcción de carreteras permitió que los bienes y las personas se trasladaran por el país de manera más eficiente y que las ciudades surgieran y florecieran. La inversión pública complementó la construcción privada.

La segunda gran inversión fue en ciencia. El programa espacial soviético y otros avances militares impulsaron a EE.UU. a gastar mucho más dinero en ciencia. En su libro “Jump-Starting America: How Breakthrough Science Can Revive Economic Growth and the American Dream”, los economistas Jonathan Gruber y Simon Johnson detallan la historia de cómo los esfuerzos de investigación del Gobierno de EE.UU. complementaron los negocios privados y llevaron a la escisión de industrias enormes y rentables. Internet es el ejemplo más conocido. En esa época, EE.UU. también fortaleció su educación STEM para crear una fuerza laboral de científicos e ingenieros que mantuviera al país a la vanguardia en la carrera tecnológica.

Infraestructura, investigación y educación construidas sobre las bases fundamentales del sistema estadounidense de instituciones legales sólidas, negocios independientes y política democrática. Pero la prosperidad que generó este sistema habría parecido vacía si no se hubiera distribuido ampliamente. No solo la riqueza se distribuyó de manera más uniforme en ese entonces, sino que los programas sociales de los años 60 y 70 ayudaron a reducir la pobreza y las brechas raciales que caracterizaron la economía estadounidense en la década de 1950:

Además de la prosperidad compartida, el Gobierno de Estados Unidos también mostró competencia para hacer frente a las amenazas naturales, incluidas las enfermedades infecciosas, como la erradicación de la poliomielitis del país y la detención de la epidemia de gripe de 1957. Esto contrastaba con los fracasos de la Unión Soviética en el accidente nuclear de Chernóbil.

En resumen, EE.UU. ganó la Guerra Fría porque su sistema funcionó en muchos niveles. Eso permitió a EE.UU. no solo gastar más que la Unión Soviética en un sentido militar, sino también ganarse a los países indecisos de Europa, Asia y otros lugares.

Infortunadamente, en el último tiempo, EE.UU. no ha mostrado determinación de hacer esfuerzos similares para ganar una nueva Guerra Fría. La infraestructura de EE.UU. es mediocre, debido a los altos costos y los recortes presupuestarios intermitentes. Y el porcentaje de la economía destinado a fondos de investigación del Gobierno ha caído mucho.

Y la educación matemática del país está rezagada. La desigualdad ha aumentado, lo que lleva a muchos a preguntarse si la prosperidad del país está en manos de solo una pequeña parte de la población. Un gran número de estadounidenses lleva vidas precarias e inestables. Y las tasas de pobreza relativa siguen siendo más altas que en otras naciones desarrolladas:

Además de todo esto, la pandemia de coronavirus ha revelado flagrantes debilidades en la competencia del Gobierno de EE.UU.

Si EE.UU. tiene alguna esperanza de prevalecer en una nueva Guerra Fría, no puede simplemente descansar en sus laureles del siglo pasado. Tendrá que demostrar que su sistema es el mejor: que genera una prosperidad que se distribuye entre toda la población y que la protege de las amenazas naturales. El sistema estadounidense no debe simplemente estar bien; debe ser significativamente y visiblemente mejor que la alternativa china del capitalismo de estado autoritario. Pero debido a que EE.UU. ahora está tan profundamente envuelto en guerras culturales y posturas partidistas en los medios, parece que el país ni siquiera se está esforzando mucho.

Nota Original:U.S. Economy May Not Help Win a Cold War With China: Noah Smith

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©2020 Bloomberg L.P.