¿Cómo afecta a la economía latinoamericana la subida del precio del petróleo?
Por Sebastián Aguirre Eastman
El pasado lunes 15 de enero, el precio internacional del barril de crudo Brent (de referencia en Europa) alcanzó los 70,35 dólares, su máximo histórico desde 2014. Su precio en el último año se incrementó un 23,85%. Ese mismo camino alcista siguió el barril WTI (referencia en EEUU), aunque a un precio de 60,94 dólares y en los recientes doce meses subió un 11,90%.
El incremento tiene repercusiones inmediatas en las economías latinoamericanas, tanto para los países que son productores como los consumidores, pero es una coyuntura que se prevé sea temporal y, por ende, los gobiernos deben aprovechar para sacarle ventaja, opina Alfredo Barragán, especialista en banca de la Universidad de Los Andes (Bogotá) y consultor.
La primera señal favorable es que por cada barril vendido hay más dólares en el mercado y, por ende, las monedas locales se fortalecen, permitiendo compensar en parte sus déficits en cuenta corriente, con cifras muy altas en algunos países, como es el caso de Colombia, Brasil y Venezuela, cuyas finanzas dependen en gran medida del petróleo.
Sigue aquí el precio de las principales materias primas del mercado.
En el caso de Ecuador, cuya economía está dolarizada, Barragán considera que una posible disminución del precio de esta divisa se puede paliar con el aumento del turismo, dado que el costo de viajar a su territorio desde otros países disminuye.
Otro efecto favorable se refleja en el Producto Interior Bruto (PIB) de estas economías, dado el aumento previsible de las exportaciones de crudo.
Por contra, en la mayoría de los países el alza del petróleo supone un incremento en el costo de los combustibles; así ocurrió los primeros días del año en Colombia, Argentina, Paraguay, y se prevé que sea la tendencia en el resto de territorios.
Aún con estos escenarios, Alfredo Barragán no cree que la cotización del petróleo siga subiendo, y destaca el incremento en la producción de productos sustitutos al crudo, que permiten disminuir la dependencia hacia este hidrocarburo.
Alejandro Torres García, especialista en macrofinanzas y docente en Economía de la Universidad Eafit (Medellín), calcula que el precio internacional del crudo por barril no se moverá del rango de entre 60 y 70 dólares en el resto del año, una oportunidad que, expresa, debe ser aprovechada por los gobiernos para reducir sus deudas, y no cometer el error de exagerar en el gasto público, pues no se sabe qué tan sostenido pueda ser el precio alto del petróleo.
El especialista afirma que las economías latinoamericanas, en conjunto, aprendieron la lección recibida con la caída en la cotización del crudo hace seis años, que provocó un boom de commodities: el cobre en Chile, los productos agrícolas en Argentina y Brasil, que se dejaron notar en el equilibrio de la balanza comercial en estas regiones.
En cuanto a las economías no petrolizadas, tanto Barragán como Torres sostienen que el efecto del alza de los precios no se sentirá tan fuerte, puesto que sus divisas no dependen del crudo para su cotización y sus PIB no cuentan con este rubro en sus conceptos.
Tal vez el factor más importante es la demanda de commodities una vez los precios del crudo se reajusten a mediados de año.