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“Buscamos emisiones siempre con aspecto social, pero sin sacrificar la rentabilidad”

¿Cómo ha afectado la crisis del coronavirus a las emisiones de bonos sociales? ¿Es una tendencia que ha venido para quedarse?

Es una tendencia que veníamos viendo en los últimos años y en 2020 ha sido exponencial. La llegada del coronavirus ha aumentado el número de emisiones hasta tal punto de que en lo que llevamos de año a igualado lo de lo de los últimos años. Estamos hablando de un mercado ya muy grande y las expectativas de emisiones van a más.

Cada vez más, las sociedades actuales demandan un crecimiento y desarrollo económico sostenible y para dar respuesta a esta necesidad, existen instrumentos como los bonos sociales. Un mercado que ya alcanza los 25.500 millones de euros ¿y con potencial para seguir creciendo?

Hablamos de 30.000 o 35.000 millones de euros. Sobre todo en Europa es una tendencia imparable. Las compañías, y sobre todo los gobiernos, han visto la necesidad de tener una sociedad más sostenible. Eso es un reconocimiento que ha venido también a nivel del inversor. Había una falsa creencia de que hacer algo bueno, invertir en un bono socialmente responsable conllevaba una pérdida de rentabilidad. Hemos visto este, y los últimos años, que esto no es así; al contrario, hemos visto como compañías que son socialmente responsables o tienen una mejor política en distintos aspectos de rentabilidad, resulta que también tienen una mayor rentabilidad. Creo que tanto el mercado, desde un punto de vista de los emisores, pero también de los inversores, han cambiado de opinión sobre este tema.

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Contáis con el Threaneedle European Social Bond que busca exposición a este tipo de deuda social. ¿Qué exigís a los bonos para que puedan formar parte de esta cartera?

Bajo el paraguas de socialmente responsable encontramos en el mercado todo tipo de instrumentos y fondos diferentes. Tienen en ocasiones el mismo nombre y eso puede llevar a confusión. Columbia Threadneedle es una de las mayores gestoras a nivel de ESG o actividad socialmente responsable. Empezamos hace muchos años. El fondo es un fondo europeo que lleva tres años, pero empezamos en Reino Unido con varios productos. Uno de ellos era el UK Social Bond, exactamente igual que este pero a nival de Reino Unido. A nivel mundial tenemos más de 30.000 millones de euros con este tipo de gestión. No es una moda, es algo que está aquí para quedarse. El European Social Bond no solamente es un fondo que invierta en bonos que están calificados como verdes y que son, por lo tanto, socialmente responsables, sino que exigimos algo más. Por eso es bastante diferencial nuestro producto. Exigimos poder medir qué impacto social tienen esos bonos y en qué se van a invertir, en qué proyectos van a tener un efecto. Es uno de los pocos fondos que existen en el mercado al que se le exige que al menos un 20% sean bonos de impacto social. En los que las emisiones van a ir dedicadas a un proyecto que tiene unas consecuencias medibles y cuantificables a nivel social. Eso nos lleva a buscar emisiones siempre con aspecto social, pero sin sacrificar la rentabilidad. Buscamos que al menos el 66%/70% de las emisiones estén en Europa y suele tener unas limitaciones desde un punto de vista de riego, de que la cartera no tenga más de un 10% de high yield. Es decir, la mayoría de las emisiones serían investment grade. Es decir, es un fondo conservador desde un punto de vista de rating puro de los bonos.

¿Cuáles son las ventajas que tiene para un inversor minorista contar con este tipo de fondos en su cartera?

Es doble. La ventaja de tener un producto de esta naturaleza en cartera por un lado es la diversificación. Son bonos con un sesgo claro de hacer una labor social y creo que eso a cualquier inversor le agrada. Tener un mundo mejor sin por ello obviar la rentabilidad es un objetivo claro. No deja de ser una cartera conservadora, en el sentido de que estamos hablando de investment grade, cualificaciones de compañías bastante sólidas, que sí hacen una labor social pero que desde el punto de vista puramente financiero tienen dinamismo y unos fundamentales buenos. A parte de ser un fondo social, es un fondo conservador que va a tener estabilidad y que, con ese tipo de compañías de calidad en las que está invierte el gestor está obteniendo una rentabilidad muy atractiva y con poco riesgo.

La mayoría del rating de los bonos en cartera es BBB, ¿es en este segmento donde estáis encontrando mayores oportunidades?

El gestor busca esa combinación de rentabilidad y riesgo. Es una cartera conservadora y mirando los parámetros de rentabilidad/riesgo es en investment grade donde encontramos las mejores oportunidades de encontrar buenos cupones pero también con una seguridad suficiente y siempre bajo el prisma de tener un impacto social, que bien puede ser, por poner ejemplos, en temas educacionales o como hacemos en el mercado español con distintas compañías de gas en temas de infraestructuras. También puede ser en temas de género o igualdad. Queremos que no solo prime la rentabilidad y la poca estabilidad del producto, sino que tenga un impacto social.