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Argentina frena el desplome del peso pero sigue vulnerable a flujos de capitales

Por Rodrigo Campos

La génesis de las tres alzas recientes de tipos de interés en Argentina para frenar el colapso del peso puede rastrearse hasta una conferencia de prensa del Gobierno a finales de diciembre, que dejó al país más vulnerable al ánimo de los inversores y los flujos de capitales.

El alza del dólar estadounidense en las últimas semanas y las mayores tipos de interés de la Reserva Federal han puesto a prueba la confianza de los inversores en los mercados emergentes y en Argentina en particular, obligando al Gobierno de Mauricio Macri a revivir al peso de golpe apenas cuatro meses después de que adoptara una política monetaria más expansiva.

Después de que el peso tocara un mínimo de cierre histórico de 22,40 unidades por dólar la semana pasada, Argentina elevó su tipo de interés referencial a 40 por ciento y redujo su meta de déficit fiscal a un 2,7 por ciento del Producto Interior Bruto desde un 3,2 por ciento.

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"Ahora se está volviendo un equilibrio más delicado el conseguir una baja inflación, un crecimiento estable del PIB y seguir financiando un gran déficit fiscal que requiere de una rápida normalización del estrés del mercado", dijo en una nota Siobhan Morden, jefa de estrategia de renta fija para Latinoamérica de Nomura.

"La meta revisada de déficit fiscal parece alcanzable sólo si disminuye el estrés financiero y sólo si los funcionarios convencen a los mercados de su compromiso con una baja inflación", agregó.

Ese compromiso con la baja inflación fue puesto en duda en diciembre, cuando el Gobierno anunció que elevaba su objetivo de inflación a un 15 por ciento desde el rango previo con un punto medio de un 10 por ciento, argumentando que consiguió más espacio para ajustar su política monetaria. Dos semanas después, a comienzos de enero, rebajó la tasa a un 28 por ciento.

El mercado interpretó que el Gobierno apostó a impulsar el crecimiento económico sacrificando el control de la inflación y la credibilidad del banco central quedó en duda.

"Todo cambió para peor en diciembre, cuando modificaron la meta de inflación y luego recortaron los tipos de interés", dijo Claudio Irigoyen, economista jefe para América Latina de Bank of America Merrill Lynch.

EXTERNALIDADES

Meses después, se sintió el shock externo.

Las monedas de mercados industrializados y en desarrollo se vieron presionadas ya que en el primer trimestre el crecimiento económico de Estados Unidos lució más robusto que el de Europa; se confirmaron las expectativas de nuevas alzas del tipo de interés de la Reserva Federal, lo que llevó a un aumento en la curva de rendimientos estadounidenses; y se apreció el dólar.

Los inversores con exposición a los mercados emergentes, especialmente los involucrados en operaciones de "carry", que piden créditos en dólares para invertir en el extranjero, comenzaron a reducir su exposición y las monedas de mercados en desarrollo, como el peso argentino, fueron golpeadas duramente.

"Cuando el entorno externo se volvió más desafiante, al analizar el panorama de los mercados emergentes Argentina destacaba entre los más vulnerables", dijo Alberto Ramos, jefe de Investigación Económica para América Latina de Goldman Sachs en Nueva York.

Aunque todavía es pronto para decir si las medidas adoptadas la semana pasada por el banco central tuvieron éxito, algunos analistas estuvieron de acuerdo en que fueron necesarias y la acción coordinada ayudó a apaciguar a los inversores.

"Parecen haber hecho lo suficiente dado lo que sabemos ahora en términos de variables externas clave", dijo Alejo Czerwonko, estratega de mercados emergentes de la Oficina Principal de Inversiones de UBS Global Wealth Management en Nueva York, señalando la reciente fortaleza del dólar estadounidense y unos mayores rendimientos de los bonos del Tesoro.

"Si estos elementos cambian, es posible que se necesiten más acciones", agregó.

Si el dólar se mantiene cerca de los niveles actuales frente a sus pares, las últimas dos semanas podrían ser solo un obstáculo en los planes del Gobierno argentino para hacer crecer aún más a la economía.

"Por supuesto, los desarrollos del mercado de las últimas semanas tendrán un impacto en las variables macroeconómicas clave, pero no creemos que en última instancia descarrilen la mejora en la combinación crecimiento-inflación ni el avance en la resolución de desequilibrios clave", dijo Czerwonko.