Vestidos brillantes para las fiestas

Más allá de esto, los vestidos, faldas, leggings, shorts o tops de paillettes son llamativos y brillantes, aunque los escojas en rojo, por lo que no debes olvidarte de que allí se centrarán la mayoría de las miradas. Por lo tanto, no les sumes otra prenda con personalidad: ni más brillos, ni estampas, ni colores estridentes. Deja que tus lentejuelas se lleven todo el protagonismo.

La primera de ellas, por supuesto, es que escojas el outfit que mejor te acomode y te guste cuando te mires al espejo. La comodidad siempre hace que nos veamos más lindas. Puedes ponerte el mejor y más caro vestido del mundo, pero si no te sientes a gusto con él, no brillarás.

Si te gusta el negro, es perfecto, porque las lentejuelas lucen muy elegantes en este tipo de color y más si tu vestido es entallado. Combina con unas sandalias negras. Pero, ojo, ¡No abuses de los accesorios!

La misma regla debe aplicarse a los accesorios. Si ya tienes una falda de lentejuelas, no escojas un clutch brillante o un cinto de animal print. Fíjate en el ejemplo de Denise Richards, que evitó los complementos y acudió a zapatos nude. ¡Divina!

Otra famosa con vestidito negro y lentejuelas pero con mangas muerciélago. ¡Super sexy!

Además de los colores y estampas, estas prendas también tienen otra característica: su textura. Evita combinarlas con otras de texturas imponentes. Es decir, si eliges una falda de lentejuelas azules intenta que tu blusa —además de ser de un tono neutro- no tenga ni apliques ni volados ni plumas. Insisto: así éstas combinen cromáticamente con tu falda.

Para un look veraniego y minimalista, puedes escoger algún vestido corto de paillette en nude y combinarlo con unos stilettos azules o del mismo tono del vestido. Para una fiesta de noche, no dudes en escoger tu prenda en lentejuelas doradas.

Por último, hay prendas de paillettes que vienen con diseños o dibujos que las hacen todavía más llamativas. Si te inclinas por una de ellas, intenta evitar todo tipo de accesorios para no caer en el riesgo de quedar recargada. ¡Incluso los neutros!