¿Estás boicoteando tu relación?

Discuten donde sea
No importa si es en una fiesta o en una reunión familiar. Cualquier momento te parece ideal para echarle en cara a tu pareja lo mal que se ha portado contigo las últimas semanas. Él quiere ponerte atención pero le es imposible porque hay más gente interactuando. Entonces la situación se complica aún más, todos se incomodan y ustedes se marchan sin disfrutar la fiesta y con dos problemas a cuestas. Hay momentos para todo, si tienes algo que resolver, lo mejor es hacerlo solos, tranquilos, donde nadie se sienta expuesto o ignorado.

Temes hablar del futuro
Cuando los vínculos se están haciendo más fuertes y profundos, llega el momento de hablar sobre las expectativas a largo plazo. Tú prefieres evadir el tema, dejas de contarle lo que te pasa y bajas la intensidad de tus emociones. Eso crea distancia entre ustedes y comienzan a surgir inseguridades. En lugar de evadir el tema, es mejor hablarlo de frente; en la medida en que ambos sepan qué esperar, se sentirán más libres de amar y hacer proyectos de vida. Pero ojo: el otro extremo también puede ser una forma de boicot, presionar a alguien que ya ha sido claro en sus intenciones puede ser abrumador y provocar que salga corriendo.

El fantasma de tu ex
Ves en las actitudes de tu pareja algo que te recuerda a tu ex y temes que se repita una situación dolorosa. De manera inconsciente, comienzas a ponerte a la defensiva. Eso descontrola a tu pareja y genera conflictos. Cuando no hemos resuelto un problema del pasado, tendemos a repetirlo para poder resolverlo. Si el fantasma de tu ex se te aparece a cada rato, no es responsabilidad de tu pareja. Seguramente estás repitiendo un patrón; tómalo como una oportunidad para intentar una nueva solución para lo que salió mal en el pasado.

Te sientes insegura de tu cuerpo
Los cumplidos o las miradas de tu pareja te ponen a la defensiva. Si él te dice: "te ves hermosa con ese vestido", tú escuchas: "necesitas ponerte a dieta". No es que él sea sarcástico sino que hay algo en ti que te hace sentir insegura. Habla de ello abiertamente, explora porqué te sientes así y trabájalo para que no se convierta en motivo de boicot. Si esa persona está contigo, si te dice lo mucho que le gustas, dale crédito.

¿Honestidad o crueldad?
Está bien ser honesto, es lo mínimo que uno esperaría de quien ama. Pero cuando la honestidad no va acompañada de cariño se convierte en una forma de crueldad. La honestidad sin compasión es muy dolorosa. Normalmente encubre enojo, frustración, venganza o una pulsión destructiva, y lo más lamentable es que provoca quiebres profundos en la relación. Piensa bien si estás con la persona correcta. Aunque no lo sea, nada te da derecho a juzgarla o a lastimarla.

Arruinas los planes "sin querer"
Hace meses que tu pareja te avisó de un compromiso importante con sus amigos. Tú lo anotaste en tu agenda, pero un día antes te llama tu familia y te comprometes a recibirlos en casa. Cuando tu pareja te reclama, tú dices que "se te olvidó". Aunque genuinamente lo hayas olvidado, hay una parte de ti que no quiso abrir la agenda. Recuerda que los compromisos sociales también forman parte de la vida en pareja. Antes de generar expectativas, revisa hasta dónde estás dispuesta a negociar tus tiempos y tus afectos.

Vigilancia extrema
¿Llevas una cuenta minuciosa de las fallas y los aciertos de tu pareja? ¿Lo sacas a colación a la menor oportunidad? Quizás esta actitud se debe a que no te sientes comprendida, escuchada o valorada. Cuando te sorprendas diciendo "sí, pero yo hice esto otro...", haz una pausa y piensa si se trata de una situación aislada o si es una dinámica cotidiana. Quizás tu pareja sí está poniendo de su parte a través de gestos que pasan desapercibidos para ti.

Vencer el miedo
Casi siempre es el miedo lo que nos lleva a boicotear las relaciones. A veces tememos al compromiso porque no estamos seguros de nuestro propio valor. Otras veces tememos al rechazo porque hemos sido rechazados sistemáticamente. Pero alejar a las personas no va a solucionar el problema. Tal vez el boicot más extraño surge del temor a la felicidad. Quien ha vivido situaciones caóticas o dolorosas tiende a encontrarse más cómodo en ese tipo de situaciones. O bien, se siente tan presionado a "triunfar" en el amor que boicotea las relaciones inconscientemente.

No te preocupes, ocúpate
Si ya vislumbras la posibilidad de arruinar una relación maravillosa, tal vez es tiempo de hablar de ello abiertamente. Platica con tu pareja, exprésale tus miedos. Tal vez encuentren juntos la forma de solucionarlo y la próxima vez que se avecine una tormenta, salgan de ello con creatividad y buen humor. No descartes la opción de una terapia. Una mirada exterior y profesional puede ayudarte a tomar conciencia para evitar que tus miedos tomen el control.