Cómo cultivar tu intuición

De acuerdo con la psicóloga Lynn A. Robinson, cuando ponemos atención a nuestra intuición, generalmente no erramos el camino. “La intuición nos provee un tipo de información que no viene del lado analítico, lógico o racional del cerebro, sino que se construye a partir de nuestras experiencias y memorias más profundas", ayudándonos a seguir el camino de nuestra esencia.

Sintonizarte con la intuición no significa reaccionar visceralmente, sino comenzar a descubrir otros lenguajes. La intuición nos habla con sueños, imágenes y sensaciones, y cuando le damos un lugar en nuestro proceso de conocimiento, sus mensajes aparecen a través de símbolos, hechos y coincidencias de la vida cotidiana. Si la intuición te manda una señal como “es tiempo de irse”, escúchala, conéctala con lo que piensas y evalúa las circunstancias para saber hacia dónde debes continuar.

Hazle preguntas. Por las mañanas o antes de dormir, visualiza lo que quieres, no importa si tiene que ver con tu trabajo o con tu relación de pareja. Después de mirar la escena, pregúntale a tu intuición cuál es el camino y qué acciones tienes que desarrollar para que ocurra. Tu intuición te dará la respuesta a través de hallazgos insospechados.

Cultívala. Si estás a punto de tomar una decisión, fíjate qué parte de la situación es la que más te emociona y despierta tu curiosidad. La intuición se comunica a través de la chispa del entusiasmo, si la cultivas, se convertirá en una fuente de luz y energía para mantenerte en tu propio camino.

No importa si no recuerdas tus sueños, lo que ocurre durante la noche es que la intuición se libera y se reconecta con los otros ámbitos de conocimiento y experiencia: memoria, pensamiento, emociones, sensaciones... Antes de ir a dormir, escribe en un cuaderno los temas que te preocupan y pide una respuesta. Por ejemplo: “proyecto nuevo, ¿cuál es el obstáculo, cómo puedo vencerlo?”. Duerme tranquilo, tu intuición está trabajando por ti.

Mueve los hilos. Quedarse sentado, roer una misma idea, obsesionarse con un problema... La intuición no funciona en la parálisis. Ve caminando al cine, conversa con la gente, dibuja, toma fotos porque sí, pon en movimiento las imágenes de tu inconsciente. La intuición es como la ignición de un motor.

Reconoce tus patrones de pensamiento. Sobre todo en momentos de crisis o cambios profundos, la mente teme perder el control. Su mecanismo de defensa es muy simple: hace ruido, como un niño que necesita que todos lo miren. Los prejuicios y pensamientos negativos opacan la voz de la intuición; no sobredimensiones el diálogo interior, ponlo en perspectiva y confía en tus sensaciones.

No esperes que tu intuición resuelva todo. Es importante que sepas distinguir con honestidad lo que quieres y lo que no quieres. No hay otra forma de hacerlo más que conectándote con tu propia vida, dándole crédito a tus experiencias y sensaciones. Escribe, dibuja, baila, canta para ti, sin reservas ni prejuicios. Expandir tus pensamientos permite reordenar las sensaciones y darle el espacio necesario a la intuición para que te señale la dirección correcta.