7 actitudes nocivas en el trabajo

Identificarlos puede ayudarnos a saber por qué de pronto las cosas no fluyen como quisiéramos.

Bromas que lastiman. Reconocer la hostilidad en los demás es fácil, no así cuando se trata de uno mismo. A veces nos convertimos en pequeños tiranos que usan la ironía o la manipulación para aislar a alguien que consideramos una amenaza. Puede ser que nos recuerde a una persona de nuestro pasado, como un familiar o un compañero de colegio con quien no resolvimos una situación de abuso o burla. Antes de hacer una broma, pregúntate hacia dónde quieres llegar con ese comentario.

La deuda permanente. El poder no es eso que aparece magnificado en las figuras políticas, es algo que se da en todas nuestras relaciones. En el trabajo hay relaciones de poder entre colegas, jefes, clientes y subordinados. Hay quienes usan ese poder para cobrarse, a través de otros, las deudas o maltratos del pasado. Por extraño que parezca, es una de las tantas caras del bullying.

"Porque puedo". Pedirle a la gente a tu cargo que desempeñe funciones fuera de sus competencias, o incluso fuera del ámbito de trabajo (como ir a comprarte un café o recoger tu ropa de la tintorería) es un despliegue de poder que no construye una relación sana. Si lo haces simplemente "porque puedes", es probable que estés repitiendo una situación de abuso que viste en alguna parte.

Los demás tienen la culpa. Cuando surge un problema, te pones a la defensiva y le echas la culpa a tus subordinados o a aquellos colegas que están en una posición menos ventajosa que tú. Eso crea resentimiento y desconfianza, como en el juego de la papa caliente, se va pasando a otros. Es un mecanismo de defensa que aprendimos de niños, pero en el ámbito laboral se entiende como una falta de capacidad para asumir, delegar y gestionar responsabilidades. Antes de reaccionar defensivamente, tómalo con calma y revisa los procesos. Tus colegas agradecerán la disposición y no crearán distancia o desconfianza.

No tomar sugerencias. En todos los grupos de trabajo siempre hay alguien que adopta el rol del cascarrabias, se queja de todo y por todo. Curiosamente, esa persona pasa a la acción para poner en marcha un cambio real. Eso ocurre porque está instalado en un rol que lo legitima ante los otros. Sin embargo, esta negativa encubre también el deseo de devaluar a los demás.

Una actitud temeraria. Tus colegas o tus subordinados temen mirarte a los ojos. Prefieren consultar a alguien más para resolver problemas, incluso evitan hacerte comentarios porque temen que explotes. Aunque eso traza cierta distancia que te da "libertad", también te aisla y complica tu trabajo cuando se trata de buscar colaboración. Si convocas a una junta para recibir retroalimentación y nadie habla, si pides ideas y nadie levanta la mano, revisa si se debe a tu actitud temeraria. ¿Qué imagen has construido?

El ninguneo. A todos nos han ninguneado o basureado en algún momento de la vida. Con ello me refiero a ser ignorados, a que nuestra opinión, nuestro tiempo o nuestras necesidades hayan sido relegadas o negadas. Cuando esas experiencias no se resuelven, generan un resentimiento que se activa en determinadas situaciones de poder. Concertar una reunión y no llegar, convocar a reuniones a deshoras solo para poner a prueba a la gente o demorar las respuestas solo para mostrar quién tiene el poder, son acciones que ningunean a los demás. ¿Qué otras actitudes nocivas añadirías?