Dieta: ¿baja en grasas o baja en carbohidratos?
Texto: Natalia Iscaro
Hace más de cien años que nutricionistas y dietistas debaten sobre cuál es el motivo por el cual engordamos. Por un lado, existió desde siempre la creencia extendida que subes de peso cuando ingieres más calorías de las que gastas, y suena lógico. Así, en inicio quienes cuidaban su silueta reducían su ingesta diaria y aumentaban el ejercicio.
Con el tiempo, alrededor de los años 60, la hipótesis más relevante fue que la obesidad es un desorden en el funcionamiento de una hormona (la insulina). Así, cuando ingieres carbohidratos, éstos estimulan la secreción de insulina, la cual trabaja (entre otras cosas), almacenando grasas en nuestras células grasas. Y, a fin de cuentas, no logras reducir esos kilos de más. Pero, ¿cuándo empezamos a prestar atención a las grasas?
Bajo en grasas: bueno para el corazón
A fines de los años 70, las enfermedades del corazón aumentaron, y los médicos y asociaciones cardíacas comenzaron a hacer un gran hincapié en la reducción del colesterol y de las grasas como condición para una dieta saludable. Así fue como el pan y las pastas, además fuentes de energía y nutrientes, volvieron a la base de la pirámide alimenticia, y se convirtieron en los responsables del cuidado de tu corazón. Por entonces, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos relevó el aumento en el consumo de carbohidratos y azúcares, así como el descenso del consumo de grasas. Sin embargo, esto coincidió con el incremento de la obesidad y la diabetes en la población. ¿Una casualidad?
Una caloría no es igual a otra
Un reciente estudio realizado por los profesores de pediatría Cara Ebbeling y David Ludwig para la Escuela de Medicina de Harvard (HSM), Publicada por el Diario de la Asociación puso en jaque a la primacía de los carbohidratos. Según sus resultados, las dietas con un Índice Glucémico o un nivel de carbohidratos bajos, pueden ser preferibles a una dieta baja en grasas para bajar de peso. Americana de Medicina, la investigación tuvo lugar en el Hospital de Niños de Boston, y fue conducida por el Centro de la Nueva Fundación de Balance para la Prevención de la Obesidad.
El estudio consistió en estudiar a tres grupos de personas, todos los cuales (considerados pre-obsesos), inicialmente redujeron su peso en un 10 a 15%.
Se les alimentó de la siguiente forma: al primero con una dieta baja en grasas y alta en carbohidratos; al segundo con un Índice Glucémico bajo y menos carbohidratos; y al tercer grupo con la dieta Atkins, muy baja en carbohidratos y alta en grasas y proteínas. Eso sí: todos ellos consumieron la misma cantidad de calorías.
Como resultado, los individuos que llevaron una dieta muy reducida en carbohidratos gastaron 300 calorías más al día que quienes llevaron una dieta baja en grasas, y 150 calorías más que quienes llevaron una dieta baja en Índice Glucémico.
El equipo concluyó que los carbohidratos son engordantes, y que la obesidad consiste en un defecto en el depósito de grasas. De este modo, no importaría la cantidad de calorías que consumes, sino su calidad y su efecto en la insulina. Un nuevo debate que abre el espectro para futuras investigaciones.
Fuentes:
Diario de la Asociación Americana de Medicina (jama.jamanetwork.com/journal.aspx)
Escuela de Medicina de Harvard (hms.harvard.edu/)
Hospital de Niños de Boston (www.childrenshospital.org)
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (usda.gov)
Quizás te interese:
Baja de peso con las 'nuevas reglas'
Reglas para romper al hacer dieta
Toda la verdad sobre los edulolorantes