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5 cosas sobre el huevo que quizá no sepas

Es uno de los alimentos básicos en la cocina española y cumple un papel relevante en la dieta mediterránea porque nos aporta proteínas de alta calidad, con aminoácidos esenciales para el organismo.

Por sí solo puede protagonizar algunos de nuestros platos más emblemáticos como los huevos fritos o ser un ingrediente principal de otras receta no menos importantes como la tortilla de patatas, además de ser indispensable en muchos guisos, cremas, salsas, rebozados... Pero, ¿lo sabes todo sobre ellos?

Puede que te sorprenda saber que...

No caducan tan pronto. Las autoridades sanitarias 'obligan' a los productores poner una fecha de caducidad para proteger a los consumidores, pero en realidad podrías tomarte los huevos incluso cuatro semanas después de la fecha indicada. De hecho, una investigación del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) de Estados Unidos señala que el almacenaje de los huevos más allá de su fecha de caducidad no altera la calidad del alimento, siempre y cuando este tiempo no sobrepase las diez semanas.

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El truco están en saber cómo refrigerar y manipular de forma adecuada los huevos para garantizar su seguridad durante las cinco semanas posteriores a la fecha de caducidad.

Eso sí, antes de consumirlos, si la fecha ha vencido, asegúrate de que la cubierta está intacta porque es lo que protege el interior del huevo y mantiene alejadas a las bacterias. Cualquier fisura, por mínima que sea, debe hacerte descartar el huevo. Igual que el olor. El olfato no miente y es la mejor manera para saber si lo huevos están en buen estado. Si notas algo raro, ¡a la basura!

El color no importa. Eso depende de la raza de la gallina ponedora o lo que es lo mismo, de factores genéticos. Están los blancos, los morenos, los rubios... en función del plumaje de la gallina. Pero según afirma los chefs más prestigiosos del mundo, y diversos estudios científicos, su aspecto no influye en su sabor.

No siempre compras lo que crees. Muchos envases aseguran que los huevos proceden de gallinas criadas al aire libre. Sin embargo, en algunos casos no es así, y esos huevos son fruto de la cría masiva en lugares que no respetan los criterios ecológicos que enarbolan. Para salir de dudas fíjate en el código que identifica la granja de origen e informa sobre la forma de cría de la gallina y el país de producción.

El primer dígito nos indica la forma de cría: si es un 0 significa que es un huevo de producción ecológica; si es un 1 son huevos de gallinas camperas; un 2 indica huevos de gallinas criadas en el suelo; 3 quiere decir huevo de gallinas criadas en jaula (la mayoría de los huevos comercializados) y, sin duda, nunca han visto la luz del día..

El segundo y tercer dígito indican el código del Estado miembro de la UE del que proceden los huevos, en este caso ES (España).

Los siguientes dígitos informan sobre la identificación de la granja de producción: los dos primeros son el código de provincia, los tres siguientes el código del municipio y los dos últimos dígitos indican la granja de producción. Puede haber una letra al final del código que identifica cada manada de gallinas dentro de una misma granja.

Si son frescos saben mejor. Lo dicen los consumidores, que los huevos frescos de las granjas son extraordinariamente ricos y sabrosos. Los orgánicos ocupan el segundo lugar, y los huevos de las gallinas criadas en producción masiva quedarían en la última posición.

Si flotan, debes tirarlos. Si después de lo que contamos en el primer punto tienes dudas sobre la frescura y el estado del huevo, haz esta prueba. Mete el huevo en un recipiente con agua, si flota hasta la superficie es que ya no es fresco. De hecho, cuando eso ocurre la cascara parece más redonda porque parte del agua que el huevo contiene se escapa en forma de vapor a través de los poros de la cáscara, formando una cámara de aire en su interior. De hecho, cuando más tiempo espera su turno para ser comido, más aire se acumula. Si flota, ya es demasiado tarde ...

Antes de terminar, unas cuantas aclaraciones más: los huevos grandes no son mejores, el tamaño del huevo aumenta a medida que aumenta la edad de la gallina ponedora, y cuanto mayor es el huevo más frágil y fina es la cáscara y por lo tanto menos aislante.

No se deben lavar los huevos, ya que la cáscara es porosa y podría destruirse la película natural que protege la cáscara haciendo así que penetren los microorganismos y contaminar el huevo.

Fuente: Yahoo! Pour Elles