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Pareja: distancia necesaria

"Yo sabía que la vida en pareja implicaba hacer un cambio, pero no que
tuviéramos que diluirnos en la presencia del otro para existir. No
siento que haya ganado un compañero, sino que perdí mi independencia",
confesó una de mis amigas, quien se casó hace un año y medio y todavía
no supera la depresión posboda.

El conflicto de mi amiga y su pareja
es similar al que otros estamos viviendo: ¿cómo conservar la libertad y
la autonomía al interior de la pareja sin caer en extremos de
dependencia o egoísmo? He ahí el dilema.

Interdependencia emocional
Una
persona que sufre dependencia emocional exagerada, se derrumbará cada
vez que su pareja no esté ahí para reafirmarlo. En el otro extremo,
quien pone su autonomía por encima de todo, hallará con dificultad el
hilo que le ayude a tejer una vida en pareja.

Entre estas dos
situaciones se encuentra la interdependencia emocional, un estado
necesario para la construcción de un vínculo amoroso, erótico, profundo y
sólido. Consiste en juntar la dependencia emocional de ambos, pero de
manera sana. Para ello se parte de cuatro principios:

a) El otro
es distinto y por eso tiene una forma diferente de amar, ser y entender
al mundo. La diferenciación es la que nos atrae hacia el otro y detona
el deseo; si la anulamos, perdemos la posibilidad de construir una
pareja.

b) No somos propiedad ni propietarios del otro, así que no
podemos esperar que el otro satisfaga todas nuestras necesidades y
llene nuestras carencias. La pareja no es alguien a quien controlar u
obedecer, es un compañero a quien se pide opinión y apoyo.

c)
Alguien que conoce sus necesidades y establece sus prioridades, sabe qué
le resulta indispensable para sentirse libre y amado. Comunicárselo a
la pareja es una muestra de madurez, confianza y honestidad. Si cada
quien establece sus límites, sabe cuáles son negociables a favor de la
pareja y cuáles no. (Como dice un conocido lema universitario: "La
verdad nos hará libres".) Hablar con honestidad desde el inicio es
respetar el derecho de la otra persona para decidir si se involucra o no
con nosotros.

d) Respetar las necesidades propias y las de
nuestra pareja hace indispensable mantener cierta distancia para
conservar las diferencias que nos hacen ser nosotros mismos, desear y
ser deseados.

¿Cómo tomar sana distancia?

-
El que la pareja tome cierta distancia no quiere decir que haya dejado
de amarnos, sino que necesita volver a amarse a sí mismo de la manera
que conoce. Cuando el otro se aleja, es porque necesita sentir que
existe por sí mismo; si en ese momento uno se acerca, la necesidad del
otro por alejarse será más fuerte.

- Un foco
preventivo es el tema del dinero. Antes de formar una pareja, cada quien
tenía cierta autonomía económica e invertía su dinero en lo que mejor
le convenía. Pero al formar una pareja esto cambia. Entonces, cabe
preguntarse si se tiene suficiente dinero para no sentirnos en deuda con
el otro (de manera simbólica, imaginaria o real), ya que esto evita que
nos sintamos libres.

- La libertad tiene muchas caras: un
espacio, un día, un restaurante, una habitación, una tarde por semana
exclusiva para nosotros mismos es un territorio que debemos reservar
para que cada miembro de la pareja haga lo que desee sin sentirse
obligado a darle explicaciones al otro.

- Sana distancia es que
cada quien salga con sus amigos o con quien lo desee, sin que hayan
dudas o se sientan amenazados. Bien dice el dicho que los celos son una
cárcel... para ambos.

- Reconocer, valorar y respetar la cultura,
los intereses y el trabajo de la pareja (y de uno mismo) es una manera
de respetar su libertad y fortalecer la confianza en uno mismo. Esto se
reconoce muy fácil en ciertas parejas que se apoyan incondicionalmente,
uno tiene la impresión de que "son más que dos".

- Aceptar que el
otro tiene cierto poder sobre situaciones precisas, le permite sentirse
libre de ejercerlo. Eso no implica que use ese poder para vulnerar
nuestro derecho a ser libre. Parecería que hablamos de gobiernos o
cuestiones externas, pero los juegos de poder en la pareja existen y
detonan equilibrios o desequilibrios reales.

- A nivel sexual, la
sana distancia se establece en un plano muy sutil. Hacer distancia
implica no engancharse o sentirse aludido ante los comentarios de
nuestra pareja. Los juicios que emita sobre el cuerpo o el sexo son
apreciaciones subjetivas, no leyes universales. Confiar en lo que cada
uno tiene, amarse a sí mismo sin falsa modestia es conservar la
libertad.

-Una sana distancia suele ser un poco dolorosa para el ego, pero siempre será respetuosa con los sentimientos.