Flujo genital
Diana Resnicoff es licenciada en psicología, sexóloga clínica y secretaria científica de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (S.A.S.H.).
Todas tenemos flujo. Esta secreción vaginal es normal pero en cada mujer varía la cantidad. Cuando estamos excitadas, el flujo aumenta. Muchas mujeres sienten vergüenza de esta secreción (nos enseñaron que nuestros genitales son sucios) y desean evitarla a pesar de que es absolutamente natural; algunas recuerren a desodorantes vaginales que son perniciosos y pueden provocar infecciones.
Cada mujer conoce su cantidad de flujo y el olor que tiene. A veces éste varía, ya sea en su cantidad o en su olor. Esto se produce cuando se da un desequilibrio entre los gérmenes que son los normales habitantes de las secreciones vulvares. A veces se rompe el equilibrio ecológico de algunos gérmenes y uno de ellos adquiere una proporción mayor que los otros. Pero vale la pena aclarar que estos habitantes son necesarios para el normal funcionamiento de nuestra fisiología. Ellos son los hongos y bacterias, la flora natural.
Cuando percibimos que el olor del flujo se ha vuelto más fétido y desagradable o que produce ardor o picazón, podemos estar en presencia de monillas, cándidas o tricomonas. Algunas mujeres, cuando sienten ardor o picazón en la vulva, usan permanentemente algodones, papel higiénico, tiritas autoadhesivas. Esto es nocivo, ya que produce irritación. Lo correcto es una consulta al ginecólogo.
Estos gérmenes productores del flujo, muchas veces se asocian dando flujos de características mixtas. Tienen distinta predisposición a aparecer, ya que las variaciones que se producen en el medio vaginal de acuerdo con las dos fases del ciclo sexual condicionan la mayor aparición de tricomonas en el periodo pos menstrual, debido al bajo tenor de estrógenos en dicha fase que alcaliniza el medio; la cándida Albicans tiene mayor sintomatología durante la menstruación, también puede aparecer durante el embarazo, la diabetes y los tratamientos con estrógenos o antibióticos.
Las características del flujo difieren en los distintos gérmenes, siendo abundante el color amarillo verdoso y olor fétido, producido por las tricomonas; blanco, espeso y grumoso, tapizando a veces totalmente la vagina; el producido por cándidas y el producido por el Haemofilus es parecido al tricomoniásico aunque suele ser más escaso, de color grisáceo y de olor menos desagradable.
Teniendo en cuenta que el hombre muchas veces actúa como portador crónico de estos gérmenes sin presentar síntomas, esta afección debe incluirse dentro de las enfermedades de transmisión sexual. Por tal motivo deben ser tratados ambos miembros de la pareja.
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