ET: el peor videojuego de la historia

Sí, la leyenda era cierta. Atari, la empresa que arrasaba en el mercado de los videojuegos en los años 80, enterró centenares de unidades de su ‘E.T. el extraterrestre’ en el desierto. Lo que para muchos era una simple habladuría se hizo realidad este pasado fin de semana cuando las excavadoras revelaron la que para muchos es la fosa común de la ignominia del mundo del pixel.

¿Pero ET es tan malo? ¿Por qué Atari lo enterró? ¿Acaso hacía que la gente se volviera tarumba y por eso tuvo que ser sepultado como si fuera el peor de los venenos?

[Te puede interesar: La historia detrás de Bliss, la imagen del fondo de escritorio de Windows XP]

Primero, un poco de historia. Corría el año 1982, y Atari encargó a su mejor hombre, el diseñador Howard Scott Warshaw, el desarrollo del videojuego de ET. Nada podía fallar: la mejor compañía de videojuegos, el mejor diseñador y un trabajo basado en la que por aquel entonces era la película más taquillera de todos los tiempos.

Pero la cosa naufragó estrepitosamente cuando el producto vio la luz. El videojuego de ET era un entretenimiento inconexo, un artificio a medio hacer que no convenció a absolutamente nadie.

El problema no eran los gráficos –un horrible fondo verde repleto de figuras geométricas más verdes aún- ni el bicho que simulaba ser el protagonista de la película –un pegote que correteaba por la pantalla igual que un escarabajo pelotero- si no la mecánica del invento: ET tenía que recoger piezas de su famoso teléfono para llamar a casa. Para ello, debía recorrer los bosques –lo verde de lo que hablábamos- y ‘caer’ inesperadamente en cuevas donde se encontraban las piezas.

Es decir, tan emocionante como mirar una pared de ladrillos y tan jugable como un boniato. Dos aspectos que parecieron no importar a Atari, que hizo una tirada de millones de unidades esperando que la gente que se emocionó en las salas viendo al bicho se tirara en masa a comprar el juego oficial.

[Te interesará: Misterios que Internet ha ayudado a resolver]

Pero el público no fue tonto, y a pesar de la muy atractiva portada del juego y de la musiquita oficial que sonaba estupenda al principio del juego, nadie lo compró. Por eso Atari, avergonzada con que su apuesta les saliera mal, decidió enterrar las copias en un vertedero cerca de El Paso (Texas) que este fin de semana han encontrado los creadores de un documental que narra la infame historia del peor videojuego de todos los tiempos.