Yahoo Finanzas Si no puedes ganar la guerra con los pisos turisticos, únete a ellos
Si no puedes con tu enemigo, alíate con él. Si es imposible ponerle mordaza al empuje del nuevo negocio que genera internet, intenta subirte al carro y aprovecharte de él. Eso es lo que ha pensado y hecho el empresario Kike Sarasola y, de este modo, la cruzada que habían emprendido los hoteleros contra el turismo colaborativo, el alquiler de pisos por particulares a través de internet, ha saltado por los aires.
Su cadena hotelera, Room Mate, ha decidido incluir 2.500 pisos de este tipo en su oferta hotelera a través de una nueva plataforma. Consciente de que alrededor de sus hoteles urbanos se ofrecen cientos de pisos, muchos de gran calidad, en alquiler, Sarasola ha decidido adaptarse a esta realidad. Con su propuesta, que se llama Be Mate, el propietario y arrendador de pisos se libera, a cambio de una comisión, de la tarea de e velar por la entrega y recogida de llaves, la revisión y limpieza del piso, los cambios de ropa de cama cuando se va el inquilino o los problemas derivados de cualquier incidencia durante el periodo de estancia.
El cliente puede disfrutar de este mejor servicio prestado por la cadena hotelera así como de la consigna de equipajes y resolver a través de la nueva empresa de Sarasola cualquier necesidad que pueda tener de alimentación, entradas, sanidad, desplazamiento o cualquier otra. Eso sí, los propietarios de pisos deben cumplir unos requisitos mínimos para poder darlo de alta en la web como piso asociado a Be Mate.
Sarasola descarta por supuesto que se esté haciendo el harakiri ya que está persuadido de que la oferta de apartamentos asociados es otro producto distinto que complementa lo que ya vende a través de sus propios hoteles.
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El empresario madrileño también es consciente de que su iniciativa rompe el statu quo del sector en un momento delicado. Aunque Sarasola afirma que afirma que cuenta con el apoyo de otros empresarios del sector, la iniciativa ha caído como un jarro de agua fría en la industria hotelera, embarcada en una cruzada contra los alquileres turísticos porque lo ve como una amenaza por parte de los hoteleros.
El argumentario de los hoteleros contra esa actividad se apoya en la supuesta evasión de impuestos que anida en ella y por no estar regulada ni supervisada. Rebaten incluso el nombre. Creen que no debería llamarse economía colaborativa, sino sumergida, porque está al margen del sistema legal y fiscal, una amenaza creciente que debería competir en igualdad de condiciones.
Según la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos, la oferta ilegal en España asciende a 800.000 plazas frente a las 3,2 millones regladas. Los empresarios subrayan la desventaja competitiva que sufren contra esta oferta por el hecho de tener que cumplir con todas las exigencias de la normativa y estar sujetos a impuestos que los propietarios de pisos no regulados no pagan. Be Mate estima que hoteles pequeños y cadenas de reducida dimensión copiarán esta iniciativa, mientras que las grandes cadenas posiblemente descartarán sumarse a ella o incluso lucharán contra ella.
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