Yahoo Finanzas ¿Realmente ahorramos al renovar los electrodomésticos ?
Las ventas de electrodomésticos en España han bajado a la mitad desde 2006, provocando el cierre de más del 40% de industrias. Ante esta situación, los fabricantes y vendedores se han unido para pedir al Gobierno un plan de ayudas para la renovación de este tipo de aparatos, alegando que sustituir los electrodomésticos de más de diez años por otros más eficientes energéticamente permitiría ahorrar más de más de 175 millones de euros.
¿Qué hay de ciertos en estos datos? ¿Realmente ahorraremos energía y reduciremos la contaminación ambiental? ¿Qué novedades hay, si entre 2006 y 2011 ya tuvimos un Renove de electrodomésticos?
Un informe realizado por los fabricantes de electrodomésticos de marca blanca y las empresas de distribución (ANGED) apunta que el 35 % de los electrodomésticos que utilizamos en España tiene más de 10 años de vida y está obsoleto o es ineficiente. A tenor de sus cálculos, en nuestras casas estamos utilizando 28 millones de aparatos eléctricos que convendría renovar y, para animar a los consumidores, piden que el Gobierno subvencione su cambio por sistemas con el sello de “alta eficiencia energética” (marcados con los distintivos A++ y A+++) con una cantidad variable de entre 80 y 120 euros.
Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), más del 30% del consumo eléctrico doméstico se realiza con electrodomésticos que habitualmente están en la cocina. En términos generales, el frigorífico consume un 18% de la energía del hogar, la televisión un 10%, la vitrocerámica un 9%, la lavadora un 8%, los pequeños electrodomésticos como la plancha un 7% y el microondas, secadora o lavavajillas, un 2% en cada caso.
Con el plan de renovación de electrodomésticos 2006-2011 se ahorraron 2,2 millones de megavatios hora y se redujeron las emisiones en 896.000 toneladas de CO2. En número de unidades, la sustitución afectó a alrededor de 3,3 millones de equipos. Se calcula que en esta ocasión la medida permitiría cambiar medio millón de aparatos en dos o tres años.
Una lavadora clase A+++ consume casi la mitad de energía que una de clase D. Esto supone dejar de emitir a la atmósfera de más de media tonelada de CO2 durante toda la vida útil del aparato, ahorrar más de 500 euros en la factura eléctrica y alrededor de 35.000 litros de agua. Por su parte, un frigorífico A+++ consume el 80% menos de energía que uno tipo D, lo que se traduce en evitar la emisión a la atmósfera de una tonelada y media de CO2 y un ahorro de más de 1.000 euros.
Los datos evidencian que, si distribuimos el gasto de la compra en los 8-10 años de vida media del electrodoméstico, el cambio compensa. Eso sí, siempre que en ese momento nos interese hacerlo y el nuevo equipo salga bueno.
Ahora bien, conviene puntualizar que los cálculos de arriba reflejan el cambio de los electrodomésticos más antiguos (tipo D) por los más eficientes del mercado, que también son los más caros. Y también hay que preguntarse si es el momento oportuno para plantear a los consumidores que cambien sus electrodomésticos.
Los comercios calculan que esta medida tendría un coste para las arcas públicas de 47,4 millones de euros y generaría unos ingresos a través de impuestos de alrededor de 50 millones. El plan sería positivo para Hacienda, pero lo justo.
La crisis se ha llevado por delante el 42% de las industrias del sector entre 2006 y 2014 y las tiendas de proximidad han pasado de 11.100 a 7.800. Un golpe durísimo, desde luego. Pero aun así no faltará quien piense que las empresas deberían buscar soluciones más comprometidas para atajar esta situación, que dura años y ya se ha beneficiado de subvenciones públicas.
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