Yahoo Finanzas Nos quieren hacer trabajar hasta los 70 años… y más allá
Por lo que van haciendo los países más avanzados de Europa y lo que está pasando en España desde un punto de vista demográfico y económico, es posible que pronto sea un lujo decir que a uno le va a tocar jubilarse a los 67 años en vez de a los 65.
Tal y como van las cosas, muchos europeos y españoles, sobre todo los menores de 40 años, van a poder acogerse al retiro más allá de alcanzada esa respetable edad. El umbral de los 70 años va configurándose en el horizonte como la temida cifra de referencia para cobrar pensión una vez se supere el ecuador de este siglo.
El precedente de Gran Bretaña, uno de los países con mejores prestaciones por retiro, da que pensar. El Gobierno de David Cameron va a proponer la jubilación a los 70 años a medio plazo tras subirla a los 69 hace unos meses. Alega que el sistema no es sostenible de otro modo.
La llamada Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (The Office for Budget Responsability) realiza un informe anual, de sostenibilidad fiscal, en el que hace unas previsiones a medio y largo plazo del impacto que tendrá la política económica del Ejecutivo. Siempre bajo los supuestos de que las políticas y crecimiento no se altere. Y la conclusión es que debido al envejecimiento de la población, no queda más remedio que retrasar la edad de jubilación.
El cambio que ya ha sido aprobado por David Cameron supone elevar la edad de cobrar la pensión a los 68 años en 2030, y a 69 años para finales de 2040, al ligarla con el aumento de esperanza de vida. Pero según las proyecciones del diario The Telegraph, de mantenerse la política del Gobierno, 2064 sería el primer año en el que la jubilación se establecería en los 70 años.
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Según las previsiones oficiales, en los próximos 50 años el número de británicos mayores de 85 se duplicará. Representarán uno de cada doce británicos. El número de mayores de 65 años alcanzará los 20 millones. Y eso, según el observatorio, causará más gasto sanitario, del 7,9% del PIB al 8,5%.
Es una coyuntura que afecta a todos los países avanzados. En el caso de España la evolución demográfica derivada de la crisis y la mayor longevidad ha provocado la salida de medio millón de personas de España desde 2010, casi todos en edad de trabajar, mientras al mismo tiempo el número de pensionistas ha crecido en 400.000 y supera ampliamente los 9 millones de personas. El número de cotizantes a la Seguridad Social por cada pensionista está también en zona de mínimos, al igual que la tasa de natalidad.
Esta última lleva retrocediendo en España desde el año 2009, pero esta tendencia se está acelerando en los últimos meses. El avance de los datos demográficos de 2013 del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra cómo en el primer semestre de ese año se ha registrado una reducción de nacimientos del 6% respecto al mismo periodo de 2012.
De momento, para afrontar el problema, Zapatero aprobó en 2010 retrasar la edad de jubilación a los 67, medida que entrará en vigor de forma progresiva, y en 2013 el PP desvinculó la cuantía de la pensión del IPC y se liga ahora a la salud de las cuentas de la Seguridad Social.
El cóctel no es nada halagüeño y el primer mordisco al gasto en pensiones ya se ha dejado notar este año. El gasto en pensiones crece menos de lo que lo había hecho nunca. En mayo, la Seguridad Social pagó por las pensiones contributivas 7.982 millones, un 3,2% más que en mayo de 2013. En las series históricas que arranca en 1981 este es el avance más bajo que se observa. Este menor ritmo se debe a la entrada en vigor de la última reforma.
El único país que por ahora se permite ir a contracorriente es Alemania. Acaba de rebajar la edad de jubilación a los 63 años para algunos ciudadanos, desechando así el acuerdo alcanzado entre conservadores y socialdemócratas en 2007, que contemplaba un aumento gradual a los 67 años. Siempre hay excepciones. A ver si pueden sostenerlo.
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