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La nueva ocurrencia de Ryanair para reducir costes

Ryanair vuelve a verse metida en una polémica. Otra vez plantea una de sus periódicas propuestas rupturistas con respecto a las normas de funcionamiento de los aeropuertos. Con el fin de ahorrar costes, la compañía irlandesa quiere embarcar a pie a todos los pasajeros del aeropuerto de Alicante durante todo el año.

A cambio ofrece incrementar sus vuelos a la ciudad mediterránea y recuperar cerca de 600.000 pasajeros al año a partir del inicio de la próxima temporada de verano, que arranca en el mes de abril. El viejo método de embarque supondría prescindir de las cómodas y costosas pasarelas que ha instalado el aeropuerto y trasladar a los pasajeros por las pistas, incluso en los meses con más intensidad de tráfico, pero con total garantía de seguridad, según Ryanair.

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La aerolínea que preside O'Leary ha hecho ya el ofrecimiento al Gobierno y tiene fecha de caducidad: el 15 de noviembre. Se trata del último capítulo de un conflicto con el ente que gestiona los aeropuertos españoles que viene de lejos. Desde el año 2010, concretamente, cuando al abrirse la nueva terminal de pasajeros de Alicante se introdujo la obligatoriedad del uso de las citadas pasarelas o fingers para el embarque de los aviones.

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La compañía de bajo coste se negó a utilizarlas porque retrasaba su tiempo de escala y le suponía un coste adicional de dos millones de euros. AENA decidió permitir a la empresa irlandesa operar a pie hasta el 70% de sus vuelos durante la temporada de invierno, un periodo en el que el tráfico es menor y el tránsito de pasajeros por las pistas no vulnera las condiciones de seguridad.

Pese a ello, Ryanair redujo de 11 a 5 el número de aviones de su base en El Altet. Además, eliminó rutas y recortó frecuencias que han llevado al aeropuerto a perder un millón y medio de pasajeros al año, según datos de la compañía.

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En definitiva, otra propuesta de Ryanair que de nuevo se mueve en el filo de la navaja que separa la eficiencia y el ahorro de gastos de la necesaria aplicación de estrictas normas de seguridad en los vuelos. Otra iniciativa que añadir al listado de planes rupturistas del equipo de O'Leary, siempre bajo sospecha sobre sus verdaderas intenciones: eficiencia y ahorro de costes o campaña de marketing.

Otras ocurrencias

Ryanair ha anunciado, por ejemplo, proyectos para cobrar una libra a los pasajeros por usar los retretes mediante la instalación en las puertas de los lavabos de un servicio de monedas. También ha anunciado su intención de instalar asientos verticales, los llamados 'SkyRiders', a un precio de entre uno y cuatro euros, más tasas, en los vuelos con una duración inferior a dos horas, pensando especialmente en viajeros jóvenes. Un proyecto que necesita la autorización de las entidades reguladoras de Europa, Irlanda y los Estados Unidos, así como la adaptación de los aviones. Serían los asientos más estrechos del mundo, ocuparían entre el 30% y el 40% del espacio del avión e irían dirigidos a un público joven.

La aerolínea está habituada a estas polémicas y argumenta que la seguridad no está reñida con la eficiencia y los precios bajos. Una estrategia que lleva al límite y que ha provocado sonados incidentes aéreos en nuestro país y fuera de él. Este verano la polémica fue máxima. Ryanair realizó varios aterrizajes de emergencia por escasez de combustible y sufrió dos despresurizaciones en cabina. Fue acusada por los pilotos de operar al límite de la seguridad y se filtró a la prensa que acumuló 1.201 expedientes en 2011 por seguridad de aeronaves y pasajeros. Fomento intervino y pidió más control de las autoridades irlandesas, de las que depende Ryanair, y de la Comisión Europea para investigar los incidentes de aerolíneas comunitarias. De hecho Ryanair modificó poco después su política de gestión del combustible.

¿Algún impacto en su éxito comercial? Ninguno. Su tráfico creció el 4% en el mes deoctubre. En España ha aumentado el número de viajeros de enero a septiembre el 2,4%, supera los 23 millones y consolida su liderazgo.

@Jorcha