Yahoo Finanzas Cómo construir rascacielos en poco más de 15 días
China ha vuelto abatir un record. La constructora Broad Sustainable Building ha puesto en pie un rascacielos de 57 plantas en sólo 19 días. El edificio está en la ciudad de Changsha, en el centro del país, y se ha construido con bloques prefabricados. Para acabarlo a este velocidad, los obreros han tenido que terminar de media tres plantas diarias.
La colosal tarea, que se puede ver en un vídeo a cámara rápida que ha difundido la propia constructora, ha permitido sacar al mercado de golpe 186.000 metros cuadrados de apartamentos (alrededor de 800 apartamentos) y espacio de oficinas para 4.000 personas. Afortunadamente el rascacielos está en China y no en una mediana ciudad española, porque habría desequilibrado oferta y demanda.
Para los más descreídos conviene aclarar que este no es el primer proyecto rápido de la constructora china, pero sí el de mayor envergadura. En 2010 la empresa construyó un hotel de 15 pisos en 48 horas y un año más tarde, otro de 30 pisos en 15 días, su récord hasta ahora.
En todos los casos anteriores, el sistema de construcción había sido bastante convencional. En esta ocasión han usado la técnica de grandes módulos para construir más deprisa y de forma más sostenible. Según cálculos de los arquitectos, la empresa se ha ahorrado en cemento el equivalente a 15.000 camiones.
El edificio presume también de ser más ecológico y más eficiente desde el punto de vista energético. Con menos cemento, la emisión de polvo al aire se ha reducido y el edificio ha ahorrado también el equivalente a 12.000 toneladas de dióxido de carbono frente a rascacielos de su mismo tamaño. Son factores a tener muy en cuenta, si recordamos que la polución se ha convertido en uno de los principales problemas políticos de China.
Según el Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano, para 2020 China tendrá el 60% de los mayores rascacielos del mundo. En aquel país se encuentra el complejo New Century Global Center, una ciudad de 14 millones de habitantes situada en Chengdu (provincia de Sichuan). Tiene 1,76 millones de metros cuadrados de superficie cubierta, un tamaño similar al de tres veces las instalaciones del Pentágono en Washington, e incluye hasta una playa artificial de 5.000 metros cuadrados con sol veinticuatro horas gracias a una pantalla LED gigante, que también es la más grande del mundo. Mide 100 metros de altura, así que el récord de altura sigue en manos del edificio Burj Khalifa de Dubai (828 metros), que “sólo” tiene de superficie 344.000 metros cuadrados.
Parece que el debate económico y reputacional que desde hace unos años se libra entre los países árabes del petróleo y China ha pasado ahora al terreno inmobiliario. Los promotores de la Kingdom Tower, en la ciudad de Jeddah (Arabia Saudí), acaban de anunciar que en abril comenzarán las obras para levantar este enorme rascacielos de más de un kilómetro de altura y presupuestado en 1.200 millones de dólares. La Kingdom Tower lleva en proyecto desde 2000 y los planos se han modificado varias veces. En 2012 comenzaron a echar hormigón para construir los cimientos, de más de 100 metros de profundidad, y hay detalles por resolver porque nunca se ha construido tan alto. Por ejemplo, con los ascensores, que seguramente deberán hacer paradas de seguridad antes de llegar arriba para no dañar los oídos de los usuarios.
La constructora china, por su parte, trabaja en el proyecto de la llamada Sky City, de 220 pisos de altura y situado también en la ciudad de Changsha. Un coloso de hormigón que además quiere finalizar en 90 días. Por el momento, el proyecto está a la espera de conseguir los permisos oficiales, ya que hay dudas sobre la viabilidad económica y seguridad del rascacielos. Todo un mundo.
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