10 mentiras sobre el dinero que los ricos nunca se creen

Todos somos culpables de decirnos diariamente a nosotros mismos mentirijillas. Cualquier cosa, desde “Un trozo más de pastel más no supone nada”, o “tenemos tiempo para ver un episodio más antes de acostarse.” Y algunas de las mentiras que nos decimos a nosotros mismos sobre el dinero, sobre todo si estamos escasos de él, pueden ser muy perjudiciales.

Son las mentiras que nos mantienen endeudados, y nos impiden vivir la vida que realmente queremos vivir. Aquí están, según CNN Money, 10 de las más grandes mentiras que se dicen así mismas las personas que luchan por tirar para adelante semana tras semana - y que las personas de éxito nunca se dicen a sí mismos.

1. “¡Yo realmente lo necesito!”

Tenemos que separar la necesidad de lo que no lo es. ¿Alguno de nosotros realmente necesitan el Smartphone más reciente? ¿Necesitamos salir a cenar todos los viernes por la noche? ¿Necesitamos montar una boda de casi 40,000 euros? (Nadie lo necesita) ¿Necesitamos ropa nueva?

Nos convenceremos a nosotros mismos, a través de una serie de palabras de ánimo y excusas de que realmente necesitamos algo. Pero a menudo, sólo lo queremos. Las personas que son buenas con el dinero sabrán la diferencia entre lo que necesitan y lo que quieren, y si no se lo puede permitir, no lo van a comprar.

2. “El crédito es dinero gratis”

No lo es. El crédito es en realidad el dinero más caro, si quieres analizarlo. Casi todo el crédito viene con una TAE anual, así que cuando pides prestado dinero, ya sea en una tarjeta de crédito, un préstamo o cualquier otra forma de crédito, estás firmando un contrato para pagar el dinero que pides prestado más los intereses.

3. “Sólo puedo pagar el mínimo en mi tarjeta”

En realidad, ninguno de nosotros puede realmente permitirse el lujo de pagar sólo el mínimo en tarjetas de crédito y préstamos. El interés rápidamente crece sobre cualquier deuda en que incurrimos, y si pagamos el mínimo éste dinero se está dedicando casi por completo al pago de ese cargo de intereses mensual. Eso significa que muy poco del dinero que pagamos se aplica al principal de la deuda.

4. “ Nunca voy a tener dinero”

¿Quién dijo eso? Hay muchos ejemplos de gente que surgió de la nada e hizo fortuna; Oprah Winfrey es tal vez el caso más famoso. Si continuamos diciéndonos a nosotros mismos que no vamos a tener éxito, estamos condenados a tener problemas financieros. Es decir, el pensamiento se convierte en una profecía auto cumplida. Al pensar en positivo, al menos podemos empezar a salir de esa rutina y crearnos oportunidades para nosotros mismos.

5. “Tengo que comprarlo; está de oferta. ”

Hay varias maneras de ver las rebajas. Pueden ser oportunidades para ahorrar dinero, o incluso ganarlo. Por todos los medios, hay que recurrir a las ofertas cuando estamos buscando un artículo específico. Sin embargo, la compra de algo cuando está de oferta sólo porque está de rebajas es una manera terrible de perder dinero.

Si compramos algo, por ejemplo, una licuadora, por 60 euros, ya que se ha reducido el precio en 20, pensamos que hemos ahorrado dinero. Pero si realmente no necesitamos una nueva licuadora (recuerda la necesidad vs. querer) no hemos ahorrado 20… hemos gastado 60.

6. “Todo el mundo tiene pagar un préstamo para comprar coche.”

Preguntas a tu alrededor en el trabajo. Preguntas a amigos y familia. Algunos tienen pagos del coche pequeños, otros afrontan enormes pagos por el suyo y algunos no pagan nada. Los que no tienen pagos pendientes son inteligentes. O bien liquidaron su coche en un solo pago, o ya lo pagaron mes a mes y luego han mantenido el mismo coche. Todos nos sentimos tentados por los últimos modelos, y como pocos de nosotros podemos permitirnos destinar 25.000 ó 30.000 euros en un coche nuevo, optamos por pagarlo a plazos. Pero esa factura mensual tiene un costo mayor que el del propio dinero. Ese dinero podríamos destinarlo a ahorrar en una cuenta o depósito, a experiencias sugerentes como las vacaciones o a formarnos.

7. “Me lo he ganado”

“Trabajé muy duro esta semana, me he ganado esta taza de café de 5 dólares.” “He trabajado un turno extra, definitivamente me gané esta nueva cazadora”. Todos somos culpables de este tipo de pensamiento. Trabajamos duro, sentimos que nos merecemos recompensas por nuestros esfuerzos. Sin embargo, ¿cuántos nos cuestan esos pequeños caprichos?

La taza de café diaria de 5 euros son 150 al mes. Eso es 1.800 cada año. ¿Qué podríamos comprar con ese dinero, sobre todo cuando podemos hacernos una buena taza de café en casa por sólo unos centavos? Lo que realmente podemos conseguir evitando estas cosas es la oportunidad de tener una vida mejor, y evitar engañarnos a nosotros gastando el dinero en cosas frívolas sólo porque nos dan unos minutos extra de placer.

8. “Es sólo dinero.”

Eso es un poco como decir “No es más que oxígeno.” Necesitamos dinero para vivir (a menos que hayamos encontrado la forma de sobrevivir sin él, lo cual es raro como poco). Ese tipo de actitud displicente con el dinero es lo que mantiene a los pobres pobres; los ricos nunca piensan de esa manera sobre el dinero. Esto demuestra una total falta de respeto por el dinero que necesitamos para vivir. El dinero puede no traernos la felicidad, pero su ausencia, sin duda nos puede hacer muy infelices e incluso condenarnos a una vida insana.

9. “No voy a vivir para siempre.”

Añade las expresiones “sólo se vive una vez (YOLO)” a este titulo o “gástatelo mientras seas lo suficientemente joven para disfrutarlo”. El problema con ese tipo de pensamiento es que el dinero se acaba, los montones de deuda crecen, y nos vemos condenados a un futuro de preocupación, estrés y de vida sin ningún tipo de comodidad. Los seres humanos viven cada vez más tiempo. No podemos vivir eternamente, pero tenemos que vivir como si tuviéramos un largo futuro por delante de nosotros, y debemos ahorrar en consecuencia.

10. “Algo ocurrirá y cambiará mi suerte”

Confiar en la suerte de cambiar nuestro futuro es temerario. Sí, algo puede ocurrir de pronto. Podemos comprar un billete de lotería y ganar millones. Las posibilidades de que esto ocurra son microscópica, pero podría suceder. También podemos conseguir de pronto una promoción espectacular. Sin embargo, la mayoría de las veces nosotros mismos creamos nuestra propia suerte. Tenemos que asegurarnos de que trabajamos para aprovechar las oportunidades cuando se presentan. Además, las cosas que aparezcan de pronto pueden ser facturas médicas inesperadas, el desempleo, o la quiebra.
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