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Por qué solo se estresan los ricos

Tras cinco años trabajando en banca de inversión, Matt Wolf había alcanzado la cumbre. Tenía 35 años y acababa de ser nombrado vicepresidente de la firma Morgan Stanley. Sin embargo, al mismo tiempo, alcanzó su límite: demasiado estrés, demasiadas noches de trabajo y demasiadas vacaciones canceladas. Su generosa remuneración ya no justificaba el sacrificio.

A finales de septiembre del año pasado, Wolf comunicó a sus superiores que dejaba la empresa. La razón no era un nuevo trabajo, sino que había decidido dejarlo todo para pasar unos meses viajando solo en su motocicleta desde Nueva York a Sudamérica.

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Este tiburón de la bolsa reciclado en aventurero, emprendería un nuevo camino vital: durante su trayecto dormiría en albergues y exploraría las oportunidades laborales en los mercados emergentes, según explicó al diario económico 'The Wall Street Journal'.

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Como Matt Wolf, cada vez más altos directivos deciden dar un giro radical a su existencia después de toda una vida de fijarse metas y alcanzarlas, de asistir a universidades de élite y de perseguir puestos de trabajo cada vez mejor remunerados. Simplemente, deja de merecerles la pena.

Más propensos al estrés
Según el economista y sociólogo Daniel Hamermesh, profesor de la Universidad de Texas, esta circunstancia tiene una explicación muy simple: las personas con un nivel socioeconómico más alto son más propensos a la queja y al estrés.

Al menos así lo afirma en su investigación 'Stressed Out on Four Continents: Time Crunch or Yuppie Kvetch?', en la que afirma que existe una relación directa entre el número de ceros de la nómina y la sensación de estrés, y que esta relación se mantiene constante en casi todo el planeta.

En pocas palabras, Hamermesh considera a los ricos unos quejicas. Quienes ganan mucho y tienen la suerte de pasar tiempo en casa, protestan por estar demasiado cerca de su mujer, mientras que quienes trabajan demasiado se quejan de ganar mucho pero no disponer de tiempo libre. La cosa es no estar nunca contento.

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