Tatúe su logo en mi cara por 100.000 euros

Nariz: 2.000 euros. Barbilla: 5.000 euros. Mejilla: 20.000 euros. Pueden parecer precios de operaciones de cirugía estética, pero la realidad es que se trata de tarifas publicitarias para anunciarse en un soporte nada común: la cara de una persona.

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El responsable de este ofrecimiento tan impactante es un alemán de 42 años llamado Uwe Tröschel, que ha puesto precio a las distintas partes de su rostro y se ha ofrecido a tatuarse el logotipo de la empresa que pague la cantidad estipulada para cada zona. Si una compañía deseara comprar el pack completo, a cambio de 100.000 euros podría emplear todo el espacio de su cara para confeccionar un anuncio. La notoriedad estaría asegurada…

El motivo que ha impulsado a esta persona a convertir su cuerpo en un soporte publicitario es económico, pero no precisamente por un ansia de enriquecimiento. Tröschel es todo un enamorado de los San Bernardos, y con el dinero que recaude quiere construir un museo para estos perros.

Su estrambótico plan para recaudar fondos parece estar dando sus frutos, ya que varias compañías se han interesado por su ofrecimiento y el 'hombre anuncio' ha cerrado incluso algunos acuerdos comerciales. Su barbilla ha sido adquirida por Riedle, una empresa de bolsas publicitarias, mientras que la tienda online Babynizer se ha mostrado interesada en sus mejillas.

"Mi correo está lleno después de que Bild se hiciera eco de mi historia. Muchas marcas tienen realmente interés en mi rostro. Lo malo es que no hay mucho espacio", ha declarado Tröschel al propio periódico que difundió su ofrecimiento y le hizo dar el salto a la fama.

De momento no se ha visto ninguna imagen del protagonista con el rostro tatuado, lo que ha llevado a algunas personas a sospechar de que se trata únicamente de una manera de llamar la atención. El tiempo dirá si todo se trataba de un fake o si realmente Uwe Tröschel va a dar un giro sorprendente a las campañas de publicidad. Que nadie dude que si tiene éxito otras personas copiarán su idea y ofrecerán su cuerpo al mejor postor publicitario.

Una nalga tatuada, el precedente
La neozelandesa Tina Beznec puede considerarse la impulsora de este movimiento por el cual las personas venden partes de su cuerpo para que las marcas hagan publicidad. La joven de 23 años se convirtió en todo un fenómeno mediático cuando a principios de año subastó una de sus nalgas por Internet, ofreciéndose a tatuarse en ella lo que deseara el mejor postor. Esta desesperada medida se le ocurrió tras haber perdido su empleo y encontrarse en una difícil situación económica. Más de 350.000 personas vieron su sorprendente anuncio.