Se presentan como terroristas, hasta que confiesan su delito en una campaña sublime de Amnistía Internacional
Una habitación pobremente iluminada. Dos hombres sentados ante una mesa, con sus rostros cubiertos con pasamontañas. “Somos criminales. Vivimos al margen de la ley. Ponemos en peligro la estabilidad de nuestro país y la del mundo entero. Somos una amenaza, pero no tenemos remordimientos”.
No cabe duda: estamos ante un vídeo de propaganda hecho por peligrosos terroristas. ¿Serán despiadados asesinos? ¿Radicales islamistas? ¿Cuál será el terrible crimen que han cometidoestos dos hombres? La respuesta te va a dejar totalmente descolocado: se trata, simple y llanamente, de una pareja homosexual.
Así es la última campaña que ha realizado Amnistía Internacional para denunciar una terrible realidad: en cuatro de cada diez países, la homosexualidad está penada con la cárcel o incluso con la muerte.
Los “terroristas” del vídeo tienen unas exigencias muy claras: “Que esta denigración acabe ya. La inmediata liberación de los nuestros de las prisiones. La persecución debe parar. Y que los más de 90 países que nos atormentan terminen con su opresión. Dejad de tratarnos como terroristas”. Un mensaje claro y demoledor que nos deja sobrecogidos mientras vemos cómo los dos hombres enmascarados se quitan los pasamontañas y se toman de la mano.
La pieza es obra de la agencia española Contrapunto BBDO y no ha pasado desapercibida gracias a su manera impactante e inesperada de transmitir su mensaje. Aún en Occidente, pese a que la orientación sexual no constituye un delito, la homofobia sigue siendo un problema de actualidad.
En África, un total de 36 países tienen leyes que penalizan la homosexualidad. En Irán y en Arabia Saudita, se castiga con pena de muerte. Una durísima realidad que contrasta con la de otros países, como España, Portugal, Países Bajos, Bélgica, Argentina o Canadá, donde se ha legalizado incluso el matrimonio entre parejas del mismo sexo.
No cabe duda de que la tendencia global, en un mundo que avanza hacia el progreso, será la de terminar con la discriminación. Pero campañas como la de Amnistía Internacional nos recuerdan que, lamentablemente, aún queda mucho trabajo por delante.