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DesesperadasSer bilingüe
Las palabras son armas afiladas. Dicen con sus letras pero sobre todo con el uso que hacemos de ellas: el modo en el que las pronunciamos, los gestos que las acompañan, el contexto, el objetivo. Son pura emoción y por eso a veces pueden jugarnos una mala pasada.
¿Cómo hacer para ser más cerebrales a la hora de hablar? Fácil: hay que aprender otro idioma. Ser al menos bilingües, dicen, nos puede "salvar la vida".
Una investigación de la Universidad de Chicago, Estados Unidos, publicada en la revista Psychological Science, demostró que las personas que hablan un segundo idioma toman mejores decisiones. Resulta que al abordar una situación con una lengua extranjera se siente menos emocionalidad que con la lengua materna. Al analizar en otro idioma no se genera la misma ansiedad que sentimos normalmente, ya que las palabras no tienen la misma carga de efectos y emociones que en la lengua propia, lo que también permite ser más analítico.
Esta disminución de la carga afectiva al usar palabras en otro idioma se da tanto en situaciones laborales como en el amor. Incluso, estaría también probado que el razonamiento lógico se utiliza más cuando se habla en otra lengua.
¿A los latinos, entonces, no nos convendría discutir con nuestra pareja en inglés? ¿O pedir un aumento salarial en francés? ¿Qué tal sugerirle a nuestro vecino que arregle el caño roto, pero hacerlo en alemán?
¿En qué situaciones te ha servido más conocer otro idioma?
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