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El efecto económico del nacimiento real de Carlota en el Reino Unido

La economía no es ajena al revuelo sobre el nacimiento del segundo hijo de los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina: Carlota Isabel Diana. Los expertos incluso consideran que es mejor que haya sido una niña quien acompañe al hermano mayor Jorge. Hace dos años, algunos comerciantes británicos ya vieron aumentar significativamente sus ventas. Y tampoco faltan las iniciativas para los turistas. “El doble cochecito de siete centimetros de alto se ha hecho con tres ladrillos Lego”, explica la gerente del parque Legoland Windsor, Lauren Moss. “Así damos la bienvenida al nuevo bebé real en nuestra familia, dentro de la famosa atracción del mundo en pequeño”. Se calcula que este segundo bebé supondrá para la economía del país 150 millones de libras esterlinas anuales, más de doscientos millones de euros. En un primer momento, el gasto puede ser de ochenta millones de libras: unos veinte en souvenirs y otros sesenta en comida y bebida. Los fabricantes esperaban a saber el nombre de la niña para imprimirlo inmediatamente en sus productos y distribuirlos lo más rápido posible. “Cuando nació el príncipe Jorge hace dos años, el Centro de Investigación Comercial estimó que ese nacimiento aportaría unos 243 millones de libras esterlinas (330 millones de euros) a la economía británica”, recuerda Michael Ingram, financiero en BGC Partners. “Pienso que ahora podemos esperar una cifra similar”. El acontecimiento real llega en un curioso momento de la vida del país: la semana de las elecciones legislativas y cuando la economía británica parece perder parte del fuelle que la sitúa en cabeza de Europa. La confianza de los consumidores se estanca y el déficit público se agranda. Por tanto, cualquier efecto moral al alza es bienvenido.