Babysitter también puntúa para encontrar trabajo
Isabel, alumna mía en una universidad, planteó esta pregunta en clase cuando hablábamos sobre cómo encontrar empleo: “Solo he trabajado como cuidadora de niños, como babysitter. ¿Pongo eso en el currículo, en mi hoja de vida, que entrego a las empresas para buscar trabajo, o es peor?” Le respondí sin dudarlo que debía ponerlo porque a sus 22 años no se le podía pedir experiencia laboral en lo que ella estudiaba, Criminología, pero ese dato podía resultar de gran valor para el empleador. ¿Por qué? Pues porque genera confianza. Los alumnos, que en parte acogieron su pregunta con sonrisas burlonas, quedaron sorprendidos por mi respuesta. Se veía en sus caras.
Quienes tengan hijos lo entenderán como nadie. Si tienes pequeños y vas a salir al cine, o a casa de unos amigos a cenar, y contratas a alguien para que los cuide, no se los dejas a cualquiera. Solo aceptas a alguien que te parezca responsable. Alguien que intuyas serio, formal y con capacidad para tomar decisiones rápidas y acertadas si sucede algo imprevisto. Isabel había compaginado sus estudios desde el Bachillerato con trabajos como cuidadora de niños. Tenía experiencia. Era de fiar, por tanto.
¿Y qué se busca al contratar un colaborador? Conocimiento y habilidades sobre la actividad profesional concreta –marketing, contabilidad, producción, técnica, cualidades para atender clientes, etc- y, por supuesto, confianza. Nadie pone a otra persona a hablar en nombre de su empresa si le genera inseguridad, si no ve claro que le pueda representar adecuadamente. Así que, a igualdad de condiciones, ante dos CV, ante dos hojas de vida, similares, la actividad de babysitter juega a favor.
La pregunta de Isabel abrió la caja de las preguntas de los estudiantes. Otra chica dijo que había trabajado en Zara como dependienta pero que eso tenía poco que ver con periodismo. “¿Me perjudica en el currículo o es irrelevante?” Para nada es irrelevante. Alguien que ha trabajado en una tienda, de entrada, sabe trabajar –aunque esto parezca una perogrullada- y eso no se enseña en las escuelas. Cumple un horario sin dificultad, no suele faltar, sabe estar, es educada con los clientes y sabe vender, o al menos recomendar.
¿Y qué es el periodismo sino vender? Presentar historias, atrapar el interés del público, convencer de que aquella narración es interesante para evitar la fuga a otro canal, o a otra página del periódico… Siempre tuve la sensación de que quienes tuvimos la oportunidad de trabajar en el área de ventas mientras estudiábamos, llegábamos con algunas habilidades bien entrenadas al periodismo. ¿Es imprescindible? No, por supuesto, pero estoy convencido de que ayuda.
Así que pocos complejos a la hora redactar las candidaturas que presentamos en busca de empleo. Cualquier experiencia real puede contribuir a que se hagan una idea más precisa de nuestras posibilidades. La clave es generar confianza.
Y ya sabes. Si tienes una experiencia interesante, o cualquier duda, no dejes de escribirme a campovidal@yahoo.es